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Agricultura

16/06/2016

Para la siembra fina se invertirían u$s1.500M

Los especialistas aseguran que esta es la suma necesaria para fertilizar los suelos y, así, aumentar la calidad de los granos futuros.

El cultivo de granos finos de la presente campaña demandaría una inversión cercana a los u$s1.500 millones para fertilizar suelos y mejorar la calidad futura de los granos, ya que -según los especialistas- un 30% del rinde del trigo depende de aportes adicionales de nitrógeno, fósforo y/o azufre en los suelos.

«La pelota está en nuestra cancha», reconoció Pedro Vigneau, titular de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que ejemplificó con un término futbolístico el empleo de un conjunto de «herramientas» con que cuenta la agricultura para optar por «una rotación sana y el aumento del aporte de nutrientes».

Por su parte, Santiago del Solar, directivo del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA), manifestó que «con un área prevista de siembra de trigo de 4,5 millones de hectáreas y otro millón más para cebada, y un gasto promedio de u$s350 por hectárea, se podría calcular una inversión aproximada de u$s1.500 millones para la campaña fina».

Con la demanda internacional centrada en la demanda de trigos de calidad, es decir de al menos 10,5% de proteína, hoy la pretensión del productor se centra las alternativas que encierran la evaluación de las alternativas que ofrece el suelo, los precios y las posibilidades de inversión.

El director del Instituto del Suelo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Miguel Taboada, explicó que «la única situación de no retorno que tiene un suelo es la pérdida por erosión y su deterioro por sodificación».

«En general las compactaciones, y más las superficies, son regenerables con manejo intercalando cultivos, donde pueden usarse labranza profunda para romper el suelo, aunque esto yo no lo aconsejo», expresó el especialista.

También Martín Díaz Zorita, coordinador técnico de Fertilizar, refirió que los informes técnicos del INTA y universidades «dicen que más de un 30% del rendimiento del trigo de calidad está afectado por limitaciones de fósforo, nitrógeno y azufre: en cualquier región, el que hace un manejo ineficiente de su fertilización pone en riesgo un tercio del resultado de la calidad de su grano».

«En el invierno, si un trigo crece desnutrido, difícilmente maximice su rendimiento» en el ciclo previo a su cosecha, indicó Díaz Zorita, quien consideró necesario tener en cuenta que «hay que analizar más los suelos» a cultivar para optimizar la elección de siembra y nutrición de los cultivos.

FUENTE: DyN

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