“Al menos el 30% del área de soja de la Argentina se realiza hoy en condiciones de restricción hídrica, esto sin desmerecer el beneficio que una tecnología como la tolerancia a sequía le puede brindar a la producción de soja en el resto de las zonas productivas”, indicó el Ingeniero Agrónomo Martín Mariani Ventura, gerente general de Verdeca al referirse al nuevo evento. El caso es que esta semana la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía de la Nación publicó en el Boletín Oficial la resolución 15/2018 donde habilita al Instituto de Agrobiotecnología de Rosario SA (Indear SA) a comercializar una variedad genéticamente modificada de soja con tolerancia a sequía, al herbicida glufosinato de amonio y ahora también a glifosato. Se trata de un evento apilado que dará, sin dudas, satisfacciones a los productores agrícolas que, cambio climático mediante, temen fundamentalmente a la falta de precipitaciones.
Así, de la mano de la biotecnología llega esta nueva herramienta para hacer frente al estrés hídrico, con una nueva generación de la soja resistente a sequía que Indear –propiedad del Grupo Bioceres– sacó a la luz en 2015, luego de sumarle a la soja un gen del girasol (HB4) que le permite tolerar con mayor fortaleza casos de estrés hídrico y hasta podría duplicar los rindes.
Consultado por PERFIL, el Ingeniero Agrónomo Martín Mariani Ventura explicó las implicancias que puede tener para el país esta nueva soja: “Primero tenemos que aclarar que tomamos ciertos supuestos para este análisis. Se partió de un estimado de producción 55,5 millones de toneladas (promedio de las últimas 5 campañas) y una pérdida de 16,7 millones de toneladas (30%). Según lo que analizamos, en una campaña con condición de sequía como la del ciclo anterior, este evento permitiria tener una zona buffer donde la caida de los rendimientos no fuera tan exponencial. Si la tecnología HB4 estuviera en los 19 millones hectareas, con situaciones de alta y baja productividad, podrían recuperarse hasta 4,5 millones de toneladas, lo que reduciría las pérdidas por sequía en un 27%«, explicó.
Recién se logró la aprobación. Ahora quedan pasos fundamentales que deben dar desde Indear. Por lo pronto, esperar la aprobación del evento en China y sumar productores locales que testeen el gen a campo. «Apuntamos todos los cañones para tener la homologación de China en el último cuatrimestre de 2019, y también esperamos estar haciendo el año próximo el lanzamiento comercial. Por eso, en nuestro ‘timeline’ tiene prioridad encontrar productores que lleven esta soja al campo para evaluarla y le estamos dando prioridad a los que se encuentran en el programa de Agricultura Certificada de Aapresid y en el Programa de Buenas Prácticas de Córdoba”, agregó Mariani Ventura.
También queda en agenda conseguir la aprobación del evento en otras latitudes. Por lo pronto, en Estados Unidos ya cuentan con la mitad de la aprobación, la de la FDA y aguardan para fin de año la del Departamento de Agricultura (USDA). Tampoco frenan el desarrollo en este evento. En Verdeca, el Join Venture que formaron Bioceres y Arcadia Biosciences para desarrollar y desregular variedades de soja con tecnologías de última generación, quieren ofrecer más variedades. Y aquí parece la edición génica como nueva aliada. “Estamos en fase de desarrollo de nuevos eventos propios, incluso pensando materiales no OGM generados a partir de esta nueva herramienta como soja alto oleico o con aminoácidos diferenciales y aquí la edición genómica será una aliada indispensable”, agregó.
Para los que se preguntan cuál fue el arranque del evento de soja tolerante a sequía, a glufosinato y ahora también a glifosato, la historia se remonta casi a 3 décadas. A finales de los ‘90 un equipo de investigadores argentinos del CONICET liderado por la Dra. Raquel Chan en la Universidad Nacional del Litoral, encontró que el gen HaHb4 de girasol activaba mecanismos de respuesta de las plantas ante el estrés abiótico (agua y sales). Posteriormente al aislamiento y caracterización de este gen, Bioceres comenzó a colaborar con la Dra. Chan para desarrollar la tecnología HB4® en plantas de interés agronómico. A diferencia de otros productos, este gen mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad en condiciones de crecimiento óptimas.
Desde Indear explicaron cómo funciona el gen. Ante un escenario de sequía, provoca un retraso en el ingreso de la planta al proceso de senescencia (deterioro celular). Esto permite al cultivo mantener en funcionamiento todos sus procesos, en lugar de interrumpirlos ante la restricción hídrica. Así, al final del periodo, las plantas HB4 manifiestan un aumento del rendimiento en condiciones ambientales adversas al compararlas con las no modificadas. Con el nuevo gen, Verdeca y la Argentina dan un nuevo paso que dará beneficios para la agricultura mundial.
Por María Lorena Rodríguez para Super CAMPO.
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