Una investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) determinó, por primera vez, la factibilidad de producir olivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires con parámetros de calidad aceitera comparables con los de Cuyo y el NOA, incluso con los de la cuenca mediterránea, donde se cultiva desde tiempos remotos. Los resultados de este trabajo aportarían información útil para la exportación de productos elaborados en zonas argentinas no tradicionales, como el sur bonaerense.
“Fuera de la región de la cuenca del Mediterráneo, somos el país que produce más olivos en el mundo”, indicó Liliana Windauer, docente de la cátedra de Fruticultura de la FAUBA, pero destacó que existen marcadas diferencias en la producción y en el consumo entre ambas regiones. Por ejemplo, en Grecia se consumen 10 kilos de aceite
de oliva por habitante por año, mientras que en la Argentina ese número desciende a sólo entre 100 y 150 gramos.
También nos diferenciamos en cuanto al conocimiento disponible sobre el cultivo, respecto de los países de larga tradición olivícola, donde cuentan con datos de que tienen una antigüedad de 7.000 años. En nuestro país, si bien la historia es mucho más reciente, existe una gran cantidad de literatura científica sobre la producción en Cuyo y en el NOA, pero no sucede lo mismo con la Región Pampeana.
“En la Argentina producimos en ambientes muy diferentes, en cuanto a sus climas y sus suelos, que pueden modificar el comportamiento de las variedades de olivo para mesa y aceite. Por eso la importancia de generar más conocimiento”, señaló. Los resultados de este estudio también servirían para conocer la calidad de los aceites que se producen en esta zona en relación a las estrictas normas comerciales de la Comunidad Europea.
Al respecto, señaló que el Consejo Oleícola Internacional estableció que el aceite de olivo debe poseer más de 55% de ácido oleico y menos de 1% de ácido linoleico para ser comercializado como tal cuando se orienta a la exportación. “En las zonas de Cuyo y del NOA contamos con mucha información sobre porcentaje y calidad de aceite, en relación a la composición de ácidos grasos. Pero en Buenos Aires tenemos muy poca información”.
Esta carencia señalada motivó a Windauer a avanzar en la investigación con las docentes de la FAUBA Deborah Rondanini y Georgina García Inza, de las cátedras de Cerealicultura y de Fruticultura, respectivamente, y junto a la tesista de la carrera de Agronomía Leila Hamze. La investigación se realizó durante el ciclo productivo 2014/2015 sobre un monte añejo de olivos, con 70 años de antigüedad, ubicado en el predio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, sembrado con las variedades Frantoio, Leccino, Arbequina y Ascolano.
Por Pablo Roset para Super CAMPO.
Buenas tardes, muy interesante la nota. Faltan tal vez los resultados de las experiencias. Pero bueno el punto de vista general.
Quisiera comunicarme con la redacción de la revista o con alguna sección para ofrecer un material, también sobre aceite de oliva. Gracias, saludos
¿Donde se pueden comprar? Los de marca no son de sabor refinado en boca, muchos son fuertes o sin sabor