La decisión de la Nación de establecer un precio base de $6,012 para el kilo de hoja verde de yerba mate que debe pagar la industria no dejó conforme a la producción, principalmente a la de Corrientes, desde donde se considera que es posible que «no se pueda cumplir» con el pago de este valor.

Así lo indicó Orlando Stvass, presidente de la cooperativa de la Colonia Liebig, quien además se permitió desconfiar de la industria y el pago de $6,012 para la hoja verde y de $22,200 para la canchada, como laudó hace algunos días Agroindustria de la Nación.

«Mi duda grande es si esto se va a poder cumplir. Ya vivimos esta historia cuando tenemos una provincia (como Misiones) con exceso de producción: es difícil de cumplir estos precios, allí comienza el problema», aseguró Stvass.

El productor yerbatero comentó así la definición del laudo de precio promovido por el Ministerio de Agroindustria en el arranque de abril, a cuenta de la situación de exceso de producción que ofrece Misiones, situación que no vive Corrientes.

«La producción misionera está complicada, mientras que a Corrientes no le alcanza su producción para atender la demanda que tiene de materia prima», explicó el titular de la cooperativa Liebig, que ofrece entre sus marcas la yerba Playadito.

Según lo dispuesto por Agroindustria, se consumó la pasada semana la decisión de incrementar un 17,88% el valor de la hoja verde y también un 23,33% el precio de la canchada.

Para Stvass, lo dispuesto en el laudo de la Nación resulta «bastante alto» para las condiciones que ofrece actualmente el mercado yerbatero, que cuenta con una elevada producción en Misiones.

Desde el sector productivo admiten que con el exceso de producción en Misiones se pueden producir la comercialización de materia prima por debajo de los precios laudados, a cuenta de la necesidad de muchos yerbateros de hacerse de fondos frescos para reinvertir en sus establecimientos y afrontar erogaciones.

En los yerbatales, las plantas requieren un plazo mínimo de cinco años para comenzar la producción tras ser implantadas, al tiempo que contarían con una vida útil de hasta 50 años. Luego, comienza a declinar de manera abrupta su rentabilidad.

El exceso de producción en Misiones se debe a que en la última década la falta de posibilidades económicas que ofrecían alternativas como la forestal, el tabaco o la plantación de té llevó a incrementar de manera significativa la superficie de los yerbatales.

Asimismo, el consumo de yerba casi no creció en los últimos años y se suma a esto las dificultades que persisten hoy para mantener la exportación a países en zonas de conflicto como Siria o Líbano, principales destinos para la yerba argentina.

FUENTE: DyN