La manzana es una fruta que ayuda a sobrellevar los «ataques de hambre» a cualquier hora del día de una forma saludable y deliciosa. Es saciante e hidratante. Es fácil de transportar y, en especial si es orgánica, podemos comerla con cáscara.

Las hay de todo tipo y tamaño. En la Argentina las que podemos conseguir más a menudo son la roja (red delicious), la verde (granny Smith), la amarilla (Golden) y la verde y roja (Honeycrisp). Todas poseen las mismas propiedades: son ricas en vitaminas y antioxidantes, por su contenido de pectina son beneficiosas para regular el tránsito intestinal, ayudan a eliminar el colesterol malo y al poseer quercitina (flavonoide) tienen propiedades anticancerígenas.

La manzana es una fruta sumamente versátil a la hora de llevarla a nuestra mesa. Si bien podemos disfrutarla al natural, también puede ser parte de preparaciones dulces como budines, tartas, panqueques, confituras, mermeladas y chutneys o de platos salados acompañando carnes de buena calidad o dentro de una ensalada.

Consumir su jugo también es una deliciosa posibilidad, siempre y cuando sea hecho en casa o prensado en frío, ya que es la única forma que tenemos de asegurarnos de que no contenga cantidades extra de azúcar refinado, conservantes, colorantes ni saborizantes.

La manzana es un alimento noble, súper saludable y sin contraindicaciones. Es casi siempre uno de los primeros alimentos que brindamos a los bebés cuando comienzan a incorporar sólidos y es la primera fruta en la que se piensa cuando debemos recuperarnos de alguna dolencia. No por nada hay un dicho popular que dice: «Una manzana al día mantiene al médico en lejanía».

FUENTE: Mariana Bisso de Cocina Mona exclusivo para Sabe la Tierra.