El segundo semestre de 2018, se agravaron las condiciones económicas del país. La comercialización de campos no resultó ajena a ese escenario ya que transitó por un camino lleno de dificultades, requiriendo mayores esfuerzos para intentar llevar a buen término las gestiones que a diario desarrollan las inmobiliarias, en particular las dedicadas al arrendamiento o venta de campos. “La renta financiera sigue siendo más atractiva tanto en el exterior como en colocaciones locales, compitiendo fuertemente con las inversiones productivas”, asegura la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), en su último informe.
Los valores de los inmuebles rurales continuaron su curva descendente, intentando ajustarse a la rentabilidad actual del sector, hasta estabilizarse en un escalón inferior, no imaginable hace un año, lo que potencia un posible revalúo futuro de la mano de una deseada estabilidad económica y política, difícil de alcanzar en años electorales.
MIRADA GENERAL. Tras el golpe sufrido en la campaña anterior como consecuencia de la inédita sequía, se espera una fuerte recuperación de los volúmenes de cosecha. Las campanas de trigo y cebada, por ejemplo, se desarrollan con resultados muy promisorios y está finalizando con muy buenos rindes con precios más que satisfactorios. La campaña gruesa en pleno desarrollo, ha tenido buenas condiciones generales para su realización y si no acontecen situaciones extremas, también se esperan resultados interesantes.
La ganadería, a pesar de presentar una caída en la valorización del stock como consecuencia de la fuerte devaluación, sigue generando interés en los productores ante buenas perspectivas en el sector externo de la actividad. Se observa un sostenido interés en los arrendamientos ganaderos, con una demanda que supera lo ofrecido.
«Desde nuestra Cámara hemos registrado, en base al aporte de nuestra cada vez más amplia red de asociados, que la actividad inmobiliaria rural se sigue manteniendo en niveles reducidos, con operaciones que se concentran mayoritariamente en un rango de montos entre 1 y 3 millones de dólares; a medida que se elevan estos, las operaciones son cada vez más infrecuentes. Si bien hubo cierta cantidad de operaciones entre 5 y 10 millones de dólares, las transacciones de mayor volumen han podido contabilizarse con los dedos de una mano», señaló la entidad demostrando el poco interés de inversores y productores en ampliar y/o ingresar en el sector, en gran parte como consecuencia de la incertidumbre que genera el panorama descripto.
PRECIOS. Salvo en las zonas núcleo agrícolas donde se mantiene una cierta demanda, tienen una tendencia a una mayor flexibilización en las pretensiones de los vendedores.
Se percibe un claro aumento en la cantidad de propiedades ofrecidas a la venta, en gran parte debido a la ampliación de los plazos de las gestiones comerciales, que en los casos de campos situados en zonas marginales se suelen extender por varios años como consecuencia del muy escaso interés de los inversores en estas áreas.
Fuente: Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR)
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