En la ciudad cordobesa de Río Cuarto se realizó el Taller de Etanol Combustible (TECO), organizado por la empresa Novozymes. Disertantes argentinos y del exterior expusieron experiencias para mejorar la eficiencia de las plantas de bioetanol en la Argentina.
Actualmente en nuestro país hay cinco plantas con una capacidad instalada para elaborar 559.400 m3 de etanol de maíz. El etanol (tanto de maíz como de caña de azúcar) es utilizado por las compañías petroleras para incluirlo obligatoriamente en las naftas, con una tasa de corte obligatoria del 12%. Hoy el debate se encuentra entre la posibilidad de aumentar esa tasa de corte o pasar al modelo “flex” que se utiliza en Brasil, donde los autos pueden cargar bioetanol, nafta o una mezcla de ambos combustibles en autos preparados.
Para conocer la actualidad y las posibilidades que tiene el bioetanol de maíz, PERFIL conversó con Patrick Adam, Director Ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz.
—¿Cómo se encuentra la industria del bioetanol de maíz?
—Es un año particular, porque tenemos un nivel de volumen que permite a las empresas trabajar al 100% de su capacidad. Son 600 mil m3 de etanol al año de nuestra industria y el total con los azucareros y con el de azúcar suman 1,2 millón. Estamos invirtiendo entre 80 y 100 millones de dólares en aumentar la capacidad instalada de las plantas y está bravo para recuperar ese dinero, ya que estamos invirtiendo con márgenes en dólares casi nulo.
—¿Qué posibilidades hay de que aumente el protagonismo del etanol?
—El futuro del bioetanol es promisorio a pesar de las circunstancias de que el precio del etanol está muy bajo en dólares. Vemos que el gobierno puede llegar a lanzar un nuevo plan de bioetanol y vamos a estar allí para apoyarlo.
—¿Esperan que haya cambios en la tasa de corte de las naftas con etanol?
—Lo más probable es que más que la elevación del nivel de corte E12 (12% de etanol) es probable que quede ahí y se lance 100% etanol para competir con las naftas, como ocurre en Brasil. Siempre hay adaptaciones y el tiempo de construcción de una planta de bioetanol lleva 2 años, así que en ese tiempo se pueden ir adecuando las normativas.
—¿Ve posible que el gobierno tome la decisión de tomar una decisión en ese sentido?
—Sí. En un año y medio podríamos tener a las automotrices fabricando autos flex y en 2021 podríamos estar con el plan lanzado. Habrá más interés por hacer plantas, en este encuentro hay 6 personas interesadas pero esperan a que el gobierno diga que lo va a hacer y cómo. Necesitan definiciones y las inversiones vendrán solas.
—¿Cómo los afecta el cambio con respecto a las retenciones?
—Somos parte de la cadena del maíz y lo que es malo para el cultivo también lo es para nosotros. No estamos a favor de subir las retenciones al maíz. En la diaria de nuestro negocio el maíz estará más barato, porque el precio local se construye con el internacional menos retenciones y flete. Si se produce menos maíz en el corto plazo quizás no nos afecte, pero en el mediano y largo plazo sí. Cuando se bajaron las retenciones aumentó la producción de maíz automáticamente y volvió en la recaudación del Impuesto a las Ganancias.
CREMIENTO REGIONAL. Lucila Desmery, Gerente Regional del área de Biorrefinerías de Novozymes conversó con PERFIL acerca del desarrollo de la industria del bioetanol de maíz. “Las cinco plantas de bioetanol de la Argentina usan nuestras enzimas y todas invirtien en la última generación de las mismas, porque ven que cuanta mayor inversión obtienen más rendimientos. Es una industria que está aprendiendo mucho y está dispuesta a ver qué hay para mejorar”.
Desmery se refirió al crecimiento del bioetanol de maíz en Brasil: “Había crecido mucho la producción de bioetanol de caña y ahora encontró la veta del bioetanol de maíz en la zona de Mato Grosso, debido a que allí este cultivo es mucho más barato porque está lejos del puerto. Antes en esa zona solo tenían soja y ahora pueden rotarla con el maíz, por eso hay proyectos enormes con capacidad de producir 2.000 toneladas/día (en Argentina las plantas son de 1.200). Son plantas muy grandes y Brasil está teniendo un gap de etanol que está cubriendo con etanol de maíz”.
Con respecto a la adopción del modelo “flex” como en el país vecino, Desmery afirmó: “Hay muchísimas cosas que se deben dar para que se cambie hacia el sistema “flex” y muchos actores que deben estar de acuerdo. Habría que tener bombas de abastecimiento para que las petroleras puedan tener disponible el etanol hidratado y las refinerías deben tener una capacidad de etanol disponible. Además, el consumidor no comprará un auto flex si no hay etanol hidratado para cargar en algún lado. Con reglas claras de hacia dónde vamos, vendrán las inversiones”.
Por Luis Machado para Super CAMPO.
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