A unos 80 kilómetros de Necochea, en la localidad Juan. N. Fernández, un grupo de pequeños productores dieron un salto significativo: pasaron de criar cerdos a vender más de 250 kilos de productos elaborados mediante una cooperativa desarrollada para este fin.
Se trata de 14 pequeños productores que integran Mirando a futuro, un grupo originario del programa Cambio Rural II, del INTA y el Ministerio de Agroindustria de la Nación. Además, las familias llevaron adelante un proyecto especial del ProHuerta que les permitió adquirir una mezcladora, una embutidora neumática, la cámara de frío y la sierra, entre otros equipos necesarios para transformar su emprendimiento y agregar valor en la cadena porcina.
“Cada productor pasó de tener 10 madres a contar con 220 madres en total, que producen un promedio de 15 capones cada una”, dijo Dimas Castelucci, promotor asesor del grupo, para quien asociarse y conformar una cooperativa fue “un paso muy importante”.
Desde Mirando a futuro compartían el objetivo de fortalecer su competitividad mediante procesos de valor agregado. Sin embargo, no tenían los medios económicos para hacerlo. “El proyecto especial de valor agregado en origen desarrollado junto al ProHuerta ayudó a que el grupo de Cambio Rural pueda concretar su sueño”, afirmó Gustavo Bretschneider, de la agencia de extensión rural (AER) del INTA en Necochea, y agregó: “Pudieron comprar las maquinarias para lograr este objetivo, que es tener en funcionamiento una planta desde diciembre de 2017”.
Valor agregado en equipo. “La articulación de distintas herramientas del Estado, como Cambio Rural y ProHuerta, más la correcta y comprometida asistencia técnica del promotor asesor con el adecuado acompañamiento institucional del INTA y del municipio local, son la garantía para asegurar impactos en nuestras líneas de trabajo en el medio rural”, señaló Diego Ramilo, a cargo de la Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión del INTA. “Este es un ejemplo más de los cientos que acompañamos, día a día, en los territorios donde el INTA articula redes de trabajo que garantizan esta clase de logros”, afirmó Ramilo.
Cambio Rural. Desde el Ministerio de Agroindustria, y mediante la vinculación del ministerio de Agroindustria y el INTA, el programa apuesta a ofrecer las producciones locales respetando su entramado de interacciones, y que enfrentan la creciente necesidad de asistencia técnica y desarrollo tecnológico, para dar respuesta a las necesidades nacionales de seguridad alimentaria y nutricional con nuevas oportunidades para la producción (con planificación y ordenamiento) y el desarrollo local mediante el ejercicio ciudadano de la convivencia entre la ruralidad y lo urbano”.
Gestión. Con fondos propios, los productores adquirieron dos freezers, un aire acondicionado, cámaras de seguridad y un local, además de contratar empleados. Como resultado, ampliaron su oferta de productos: “Hacemos milanesas, hamburguesas con queso y sin queso, tres tipos de chorizos y cortes frescos de cerdo”, dijo el promotor. En esa línea, elaboran alrededor de 15 cerdos con semana y comercializan más de 250 kilos cada siete días: «Por semana estamos hablando de una venta de 150 kilos de chorizo, 55 kilos de milanesa, 45 kilos de hamburguesa y muchos cortes frescos”, señalo Dimas Castelucci.
Fuente: INTA
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