Los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) señalaron que la caída «en picada» que experimentará el área de siembra de trigo se debe a «las bajas expectativas y nula rentabilidad» que ofrece el cultivo de este cereal para el productor. El lunes, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, había echado por tierra los pronósticos negativos sobre la campaña 2015/16.
Según un informe técnico de CREA, «las restricciones cuantitativas a la actividad comercial triguera» generadas por la política de cupos y trabas a la exportación tuvieron un «alto impacto» en los ingresos percibidos por los productores desde 2007.
La entidad consignó que «la campaña de trigo en marcha encierra muchas incertidumbres para los productores y para el país: hay gran reticencia a sembrar trigo por los problemas sufridos» a partir de la política impulsada por Guillermo Moreno, a través de la Secretaría de Comercio, y continuada por su sucesor Augusto Costa.
Según CREA, «para recuperar la competitividad de la actividad triguera se requieren cambios que exceden a las variables macroeconómicas, siendo imprescindibles medidas puntuales sobre la actividad como la eliminación de los derechos de exportación y los permisos de embarque (ROE)«.
«Aunque varíen las condiciones macro, las regulaciones que rigen el mercado triguero deberían ser reconsideradas», reconocieron los técnicos de la entidad.
El informe refirió que diez años atrás, la cosecha nacional de trigo fue de 16,9 millones de toneladas y la producción mundial, de 626,7 millones; y en el último ciclo, la Argentina produjo 12,5 millones de toneladas (un 26% menos) mientras que el mundo alcanzó los 726,4 millones, cifra que exhibe un incremento de un 16 por ciento.
Sin embargo, CREA reconoce una caída «en picada» para la actividad triguera en el orden local y explicó que «la caída de área implantada (en los últimos ciclos) es consecuencia de las bajas expectativas y de la nula rentabilidad para los productores».
En un estudio realizado por sus técnicos, indicó que durante los ciclos comerciales de 2007/08 al 2013/14 se comercializaron 86,2 millones de toneladas de trigo, de las cuales, por las restricciones comerciales impuestas, el 56% se negoció por debajo del valor que correspondería haber pagado mensualmente en el mercado argentino.
Dentro de ese volumen (48,2 millones de toneladas), un 23,4% se vendió a valores menores al 70% del precio de paridad, en tanto que el resto se comercializó con precios que representaron entre el 70% y el 90% del valor teórico correspondiente.
«Se refleja así el alto impacto en los ingresos de los productores de las restricciones cuantitativas a la actividad comercial triguera», explicaron los especialistas de CREA.
Asimismo, la entidad expresó que «las distintas situaciones que se plantean para la producción de trigo no generan resultados alentadores para los agricultores, lo que explica la importante reducción esperada de la siembra en 2015«.
FUENTE: DyN
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