La actividad inmobiliaria en el sector agropecuario subió 87,5% en junio respecto de mayo, pero la caída de las operaciones es del 15,2% en un año.

Así lo consignó el índice InCAIR de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), en el cual se consideró «probable que el incremento en la actividad durante estos meses de pandemia esté relacionado con la consolidación de la baja de los valores de los campos y la mayor fortaleza del dólar».

El InCAIR de mayo había registrado una suba de 25% en comparación con abril y este de junio registra un crecimiento de 39,46 puntos, lo que representa una nueva alza en la actividad del mercado equivalente al 87,5%.

Juan José Madero, presidente la CAIR, comentó a Super Campo comparó a este repunte como “un enfermo en coma que abre los ojos. De ahí a que se pare y camine, es otra cosa”. 

Para Madero, esto se debe a que “el propietario bajó sus pretensiones en el valor pedido y sobre ese valor tiene más flexibilidad que antes, así como más disponibilidad para negociar hasta cierto punto tanto de precio como de plazos”. 

Desde el lado del los inversores, cuando comenzó la pandemia ofrecían la mitad del valor pedido. “Ahora la curva de la demanda empezó a acercarse a la oferta y entramos en una banda de mayor razonabilidad para que los negocios tengan más consistencia y no perder el tiempo”, describió el presidente de la CAIR.  

En cuanto a las características de las demandas, Madero afirmó que “la gran mayoría son sobre campos de aptitud agrícola y la escala de inversión son de medianas a chicas, que no llegan a los 3 millones de dólares. No se están generando operaciones grandes por más de 5 millones de dólares”.

“Hace un tiempo decíamos que no había un mercado de referencia, hoy podemos decir que no está muerto y está queriendo tomar un rumbo”, concluyó el presidente de la CAIR.