El aumento de las temperaturas medias en los últimos meses hace prever a los climatólogos que en este contexto será menor la ocurrencia de heladas. Carlos di Bella, ingeniero agrónomo especialista en clima, indica que “es probable que en el futuro tengamos temperaturas medias más moderadas y valores extremos más acotados, sobre todo en las fechas de últimas heladas». Además, el incremento del área inundada está disminuyendo la amplitud térmica diaria y aumentando el período libre de heladas.
—¿Cómo impactan las heladas sobre el trigo?
—Las heladas (< 0 ºC) tienen un impacto muy importante en la producción de trigo. Si bien pueden causar perjuicios tanto en estadíos vegetativos como reproductivos, es en estos últimos donde se producen los mayores daños asociados principalmente a la esterilidad y al aborto de granos formados (Barlow et al. 2015). La temperatura crítica para que el daño se inicie sería de 2 horas de exposición a valores entre -4 y -6 ºC. Por cada grado de descenso de la temperatura a partir de -4 ºC podría perderse hasta el 100% de la producción. La relevancia de este fenómeno es muy importante ya que el trigo representa el tercer cultivo en importancia a nivel global.
—¿Cómo tratan de adaptarse los productores?
—Muchos intentan adaptarse cambiando la fecha de siembra o usando cultivos más resistentes a las bajas temperaturas. Sin embargo, éstas decisiones se toman analizando datos para períodos del año de enorme variabilidad y tomando como información
de base series de tiempo muy reducidas. Ambos aspectos atentan indefectiblemente sobre la precisión de las estimaciones. Inclusive, muchas veces las decisiones de manejo se basan en situaciones muy extremas que no representan el enorme gradiente de posibilidades que podrían producirse realmente a campo.
—¿Cómo impacta el cambio en el uso y la cobertura del suelo en la región?
—Un aspecto clave son los impactos de los cambios en el uso y la cobertura del suelo sobre la ocurrencia de heladas. Houspanossian y otros (2016) encontraron que las inundaciones ocurridas en las últimas décadas en la Región Pampeana redujeron la incidencia y la longitud del período libre de heladas en por lo menos dos meses. Estos resultados ponen en evidencia el efecto de la presencia de grandes cuerpos de agua sobre el régimen térmico de sus áreas circundantes.
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