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Economías regionales

05/12/2018

Cómo defender a las vacas del calor

Las altas temperaturas generan problemas en la producción de leche y la reproducción. Cómo atenuar el impacto desde la alimentación y la infraestructura.
Es fundamental que los animales, por el mayor consumo durante la época veraniega, tengan acceso a agua fresca en cantidad y calidad.

Durante todos los veranos, especialmente en el centro y norte del país, los vacunos están expuestos a condiciones ambientales adversas de temperatura (mayor a los 30°C) y humedad (superior al 50%) que atentan contra la respuesta productiva en tanto ganancia de peso o producción de leche, y la reproductiva. Esta situación se agrava, aún más, cuando la velocidad del viento es menor de 5 km/h.

PÉRDIDAS. La zona de confort para los vacunos de carne varía entre 7 a 26°C y para las vacas lecheras entre 5 a 21°C. La zona de confort se caracteriza porque los animales alcanzan el máximo comportamiento productivo (carne o leche) y reproductivo, siempre que la dieta esté balanceada (energía-proteína) y se suministre adecuadamente en cantidad y calidad.

PÉRDIDAS. En ambientes estresantes, la pérdida de producción supera el 10%, pudiendo llegar en casos extremos a caídas mayores del 50% en regiones tropicales y subtropicales. El efecto de la alta temperatura y humedad relativa de éstas regiones se suma a la menor calidad de los forrajes frescos, mayores niveles de fibra con menor digestibilidad y bajos contenidos proteicos. Y desde el punto de vista reproductivo, se observa entre otras cosas:

-Reducción de la duración de los celos durante las horas de mayor temperatura, más del 70% de los celos duró 7 h o menos.

-Mayor frecuencia de celos durante la noche.

-Menor detección de celos. Puede haber cerca de un 80% de celos que no son detectados en verano respecto al invierno, afectando la eficiencia reproductiva y productiva.

-Menor tasa de concepción. En la cuenca lechera de Santa Fe disminuyó la tasa de concepción más del 15% en verano respecto a la primavera. En este artículo se presentan diferentes estrategias de manejo y dietas para implementar en el tambo, que ayudarán a atenuar los efectos negativos del estrés.

1.Dietas frías vs dietas calientes: En los sistemas pastoriles (carne o leche) se utiliza en la época estival pasturas o verdeos de verano que crecen y desarrollan muy rápido perdiendo calidad (florecen y semillan). Estos forrajes tienen altos contenidos en fibra y lignina que reducen la digestibilidad de los mismos. Este material fibroso provoca fermentaciones acéticas en el rumen que elevan significativamente el calor corporal. Estas son las llamadas dietas “calientes”. Mientras que, las dietas “frías” son aquellas que tienen fibra de alta digestibilidad y una adecuada proporción de granos almidonosos y concentrados proteicos “pasantes al rumen” que llegan “intactos” al intestino para ser digeridos en este sitio. Una dieta fría adecuada debe tener balanceada la fracción energética y proteica (Ver tabla de Dietas).

2.Sombra, aspersores y ventiladores: Para amortiguar las altas temperaturas, tanto en los sistemas ganaderos pastoril como a corral, se debería emplear sombra artificial o natural especialmente entre las 11 a las 18 hs para que los animales descansen adecuadamente. Además, poner algún tipo de sombra donde
se ubican los comederos y bebederos.

Mientras que en los tambos ubicados en zonas donde predominan altas temperaturas (+32°C) durante varios meses del verano se aconseja, también, colocar grandes ventiladores bajo tinglados abiertos o media sombra donde los animales descansan y comen. El objetivo es que funcionen durante las horas de mayor calor, incluso, la noche. En tanto, en los corrales de espera, previo al ordeño, el mejor resultado se logra cuando se combina una aspersión (30 segundos) seguida de ventilación (4 a 5 minutos) repetidos cada 30-45 min, mientras que las vacas estén en estos sitios. Por cada 0,5 lts de agua que se aplica sobre el animal se puede disipar 255 kcal de calor corporal. Para que ello ocurra, el tamaño de gota debe variar entre 3 a 5 mm así el agua puede atravesar el pelo y llegar al cuero. En cambio, si las gotas de agua son de menor tamaño (neblina) se puede producir una impermeabilización de esa zona no permitiendo que irradie el calor interno del animal al ambiente.

Los aspersores deben estar colocados a 3,5 m del piso, con un distanciamiento de 4 metros entre sí y un ángulo de mojado regulable de 0 a 360º. Por su parte, la presión de trabajó será de 2,1 bares, con un caudal por pico de 12,7 a 16,0 litros/minuto (8,5 a 10,6 litros por cada ciclo), un tamaño de gota de 3 a 5 mm y diámetro de mojado de 4,5 m a 1,2 m (altura de la vaca).

3. Acceso a la comida en la noche: En diferentes trabajos de investigación se determinó que con clima templado frío los vacunos pueden comer hasta el 30% del total de la comida durante la noche y en el verano con mucho calor (+32°C) pueden comer hasta el 60% de la comida en horas nocturnas. Esto demuestra que en los meses del verano es clave que los animales tengan acceso a comida “fresca”, en calidad y cantidad, durante toda la noche ya sea pastoreo de forrajes frescos (pasturas o verdeos de verano) en los engordes pastoril o que haya comida fresca en los comederos suministrada al final de la tarde (engorde a corral).

Algunos técnicos hablan que se debe suministrar a la tardecita un 60% del total diario. Sin embargo, este tema debería estar sujeto a cada sistema productivo, a la categoría animal y a las características de cada dieta. Lo importante es que los animales tengan acceso a comida “fresca”, en calidad y en la cantidad adecuada durante las horas nocturnas, para cubrir ese mayor consumo y poder sostener altas producciones de carne o leche.

4.Consumo de agua: El requerimiento de agua se presenta en los consumos (litros/día) de diferentes categorías de animales de ganado lechero, en función de la temperatura del ambiente. Esto refuerza la importancia de contar con agua fresca de calidad y en la cantidad suficiente para hacer frente a la mayor demanda que ocurre durante la época de altas temperaturas.

5.Movimientos de animales: Por último, y como recomendación para el manejo preventivo de problemas en los establecimientos durante el verano, se deben evitar los arreos, trabajos en los corrales o que los animales hagan grandes desplazamientos durante los horarios donde hay mayor incidencia de estrés calórico. Estas tareas es necesario realizarlas temprano en la mañana o las últimas horas de la tarde.

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