Esta semana el campo vuelve a estar en boca de todos. Pero en este caso creemos que al sector no le agrada tanto la idea, porque lo que lo puso en el debate han sido las retenciones. Ese impuesto considerado “poco inteligente” hasta por el actual presidente de la Nación Mauricio Macri, que decidió llevarlas a 0 en todos los cultivos menos en la soja ni bien subió al poder.
El caso es que, luego de una semana de pérdida de valor de la moneda local y plagada de incertidumbre, el tipo de cambio vuelve a darle la derecha al campo y no son pocos los que ven una “renta extraordinaria” en la que lograrán sumar en los próximos meses. Para muchos de los analistas que pasaron por los canales de TV esta semana, aplicar retenciones en medio de una devaluación tan fuerte como la ocurrida es una medida justa y necesaria; mientras que recortar el gasto público provocaría más recesión, menos recaudación y un fuerte golpe al empleo. Incluso por algunos números esbozados por economistas, si el gobierno aplicara 13% de retenciones a las exportaciones sumaría 300 mil millones de pesos.
Por el lado del campo el pensamiento no es tan lineal, sino que hay que tener una mirada más abarcativa. “Creemos que pararnos a mirar esto sólo desde el punto de vista de poner las retenciones es tener una mirada miope. Hay que mirar en forma más abarcativa, por eso promovemos un acuerdo integral, donde participen todos los actores”, explicó Carlos Ianizzotto, presidente de Coninagro en diálogo con Super CAMPO.
Porque más allá de la coyuntura conflictiva, para el dirigente cooperativo ésta es una oportunidad para cambiar la orientación del plan o las pautas económico – financieras que el gobierno ha seguido. “Creemos que hay que virar hacia una orientación más productiva, hacia la idea de promover las actividades que generan divisas y dejar el camino del endeudamientos y no ser extractivos en poner más impuestos que sólo conducen a bajar el nivel de actividad”, acotó.
La temida devaluación. Otra de las batallas que libran algunas
actividades del campo, en especial las economías regionales, indica que gran parte de lo que producen queda en el mercado interno. Vale considerar el caso de las frutas, la yerba mate, la leche, el vino e incluso la carne, que venden en el mercado local hasta el 80% de sus producciones. Paralelamente, la gran devaluación ha debilitado el poder de compra de los consumidores locales lo que rompe con la idea de que todo el campo se beneficia por igual con la depreciación del peso. No siempre devaluación implica que el campo va a inundarse de dólares.
En declaraciones de Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina a Radio Nacional respecto de las ganancias que generan a la actividad la devaluación del peso, el dirigente explicó que “no beneficia” a todos los sectores, porque no todos son exportadores. “El sector agropecuario no es todo igual: hay algunos que están más vinculados en sus precios al dólar y otros que vinculan sus ingresos al peso. Hay que mirar bien la estructura de costos de cada uno. El porcino o el lácteo tienen 80% o 90% vinculado al consumo interno, se paga en pesos, está en recesión y sus costos mayoritariamente están en dólares, como los granos, fertilizantes o combustibles. A este sector la devaluación no le benefician en nada”, argumentó.
Con la misma tónica Pelegrina indicó que las retenciones no traerían ese alivio económico del que hablan los que claman por el regreso del impuesto. “Los orígenes de la crisis tienen que ver con la falta de dólares en el comercio y justamente las retenciones desalientan el ingreso de dólares, sería retroceder y alimentar orígenes (subirlas o frenar la baja) agravaría la crisis… habría menos capacidad exportadora y menos ingresos en dólares. “Es más eficiente que tributemos vía Impuesto a las Ganacias que recortar la capacidad exportadora”, alegó el dirigente gremial.
En los discursos que se escucha en los medios masivos donde el sector claramente adolece de interlocutores válidos que planteen la posición del sector, el campo sólo es reaccionario, oligarca y poco solidario. En los hechos, fue el sector económico que respondió con mayores producciones de trigo y maíz cuando le sacaron las retenciones. Por caso, luego de una campaña de trigo “para el olvido” en 2012/13 con 3,12 millones de hectáreas sembradas, este año practicamente se duplicó (6,1 millones de hectáreas) el área. En gramíneas (aquí también se acopla el maíz), el porcentaje está a punto de duplicarse en la rotación.
Puede que la situación excepcional implique propuestas excepcionales, con fecha de caducidad. Pero en la Argentina se sabe que impuesto que se pone, es muy difícil que se saque. Por lo pronto, vale ver los twits de los productores para acercarse a su realidad. “Qué dificil es la ignorancia. Hoy el ganadero o el tambero con la devaluación perdió la mitad de su capital. Una vaquillona preñada valía u$s800, hoy vale 400, lo mismo para el tambo. Se creen que el campo es soja y quien la cosechó”, dice un cibernauta que planteó su realidad.
Por María Lorena Rodríguez para Super CAMPO.
Twitter
Facebook
G Plus