En la cadena de valor de la soja el ánimo se reparte entre el optimismo, la alerta y las dudas. Hay optimismo esperando una buena cosecha que ayude a levantar la perfomance de la anterior, malograda por la sequía. Hay alerta porque no se esperan buenos precios esta temporada. Y hay dudas por los cambios en el escenario comercial, por dos motivos: las nuevas retenciones a las exportaciones y la “peligrosa” demanda de porotos desde China. Acsoja, la asociación que agrupa al complejo sojero, se sumó a las proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y espera un crecimiento productivo basado en los buenos pronósticos climáticos. “Y está lloviendo, por suerte”, remarcó el presidente, Luis Zubizarreta.
La soja, cuya siembra comienza en octubre, podría quitarle terreno al maíz como un efecto de la reimposición de las retenciones, aunque esto ocurriría en siembras tardías y de segunda (en diciembre). “Los que van a hacer maíz temprano ya compraron los insumos”. Ahora bien. Hace un mes, el Gobierno instaló un nuevo sistema de retenciones a todas las exportaciones. A la soja -único producto que las mantenía pero se le iba descontando 0,5% por mes- se le cortó la rebaja y se le impuso un tributo de 28% que incluye una suma fija de 4 pesos por dólar para los granos sin industrializar. El impuesto alcanza ahora a la exportación de los derivados: aceite, harina (principales productos de exportación del país) y biodiesel.
Desde la cadena argumentan que el perjuicio pasa porque las retenciones reducen el valor FOB de cada producto exportado y el costo de la alícuota se va descontando a cada eslabón hasta el primario. “Esperemos que muy pronto se puedan revertir. De no hacerlo en el mediano plazo será perjudicial”, advirtió Zubizarreta. “Si bien la cadena es competitiva el costo impositivo es sofocante”, dijo.
El contexto también es de un precio menor en los derivados. El aceite cotiza hoy alrededor de 620 dólares la tonelada cuando en campañas anteriores estuvo en 1.200; el biodiesel vale 650 dol/tn (estuvo en 1.400). “Es difícil pensar en una cadena de soja sin una industria eficiente que agregue valor por exportaciones”, dijo Zubizarreta. El sector está embarcado en una negociación con el Ministerio de Hacienda para que le bajen la suma fija de la retención (de $4) a 3. Por otra parte aparece China. “El conflicto entre China y Estados Unidos nos genera dos problemas”, describió el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de
Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras. “El primero es que China sólo quiere comprarnos porotos baratos. El segundo es que EE.UU, al perder el mercado de soja de China, comenzó a subsidiar a los productores para que transformen su soja en biodiesel, harina y aceite y exportar al mundo compitiendo por nuestros compradores”.
Por la primera cuestión se está negociando con los chinos para convencerlos de venderles aceite y harina de soja. “Ese es nuestro objetivo”, dijo la secretaria de Mercados de Agroindustria, Marisa Bircher. Hace una semanas, la empresa estatal Sinograin compró una partida de 90 mil toneladas de aceite. Pero la apuesta es también por la harina de soja, con argumentos económicos. “Hoy un barco que sale desde Rosario, descargado en Shangai, yendo a una planta de alimentos balanceados es 20 dólares más barato que cualquier producción dentro del territorio chino”, aseguró Idígoras. La aspiración es que el tema avance en una negociación al máximo nivel entre el presidente Mauricio Macri y el presidente chino Xi Jinping, quien visitará Buenos Aires en ocasión de la 13ª Reunión del G-20 a realizarse el 30 de noviembre y el 1 de diciembre.
ALERTA Y PRECIOS. Rodolfo Rossi, de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), expresó “preocupación” por el nivel de precios del poroto. “Están bajando en 60 y 70 dólares. De continuar esta situación, el impacto que tuvimos con la sequía el año pasado lo vamos a tener con los precios el año que viene”. Los precios vienen cayendo desde que Estados Unidos confirmó sus amenazas de imponer aranceles a los productos chinos; Pekín le pagó con la misma moneda e incrementó los derechos de importación a la soja estadounidense por lo que ahora los porotos tienen un alto nivel de reservas.
Igual, los chinos necesitan esa materia prima y salieron a comprarle a Brasil y ahora a la Argentina. La consultora alemana especializada en oleaginosas, Oil World, estimó que los embarques de Argentina a China “alcanzarían 1,8 millones de toneladas entre septiembre y febrero«, lo que significa que China dominará las compras de soja de Argentina.
En el mismo movimiento, dado el reducido suministro doméstico por las pérdidas que generó la sequía, los procesadores argentinos aumentarán las compras a Estados Unidos hasta 1,6 mill/tn hasta febrero (lleva adquiridas 850.000 toneladas). La situación no es la ideal y se quejan tanto los integrantes de la cadena sojera como la secretaría de Agroindustria de la Nación.
Por Gabriel Quáizel para Super CAMPO.
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