Mientras las flores, técnicamente llamadas varas florales, están unidas a la planta madre, el agua y los nutrientes son provistos por las raíces de esta planta, pero cuando se realiza la cosecha, las varas que se cortan ya no pueden reponer el alimento por sí mismas y dependen de sus reservas y de quien las cuida para poder seguir viviendo. Por eso, en el inicio de la primavera, especialistas del INTA brindan consejos para prolongar la vida de las flores que se eligen para embellecer los espacios del hogar.
Como principio fundamental para cuidarlas, Analía Puerta, investigadora del Instituto de Floricultura del INTA, señaló: “Es importante considerar que se está trabajando con productos que están vivos y, como todo organismo vivo, continuará realizando sus funciones básicas como respirar, transpirar y consumir reservas”. En este sentido, explicó que, “si bien se inicia un inevitable proceso de deterioro desde el momento en que la vara es separada de la planta madre, la velocidad de este deterioro dependerá del manejo previo y posterior a la cosecha que se lleve a cabo”.
La llegada las flores a casa es el último paso de la poscosecha –posterior a la cosecha– y, pese a que cada especie tiene requerimientos específicos, hay acciones que permiten mantener la calidad obtenida al momento de la cosecha. De acuerdo con la especialista, un primer consejo es retirar las hojas que estén en contacto con el agua del florero. El objetivo será evitar su descomposición y el desarrollo de microorganismos. Se recomienda cortar la base de la vara en forma oblicua para aumentar la superficie de absorción de agua.
Otra recomendación es colocar las flores en un florero con agua destilada o mineral, debido a que el agua extraída de la red local puede contener sales y/o microorganismos que dificultan la absorción de agua. La última sugerencia es cambiar el agua del florero cada dos días y utilizar un desinfectante. Por ejemplo, entre 30 y 40 gotas de hipoclorito de sodio (lavandina) o de alcohol por cada litro de agua del florero.
Un área de estudio. Los investigadores del Instituto de Floricultura del INTA trabajan en identificar cuál es el momento más oportuno para hacer el corte, según la edad de la planta, el tamaño del pimpollo o fronde o las condiciones climáticas.
Además, evalúan variedades con mayor vida en florero y distintas sustancias que, utilizadas en el agua del florero, permiten prolongar la vida de las flores. También estudian tecnologías poscosecha para retrasar el deterioro posterior al corte y la influencia del manejo nutricional y sanitario previo a la cosecha.
Junto con los floricultores, los especialistas del instituto ponen a punto los manejos productivos adecuados para que cada flor pueda conservar la calidad desde la cosecha hasta que llega a las manos del consumidor. Es decir, desde el corte, clasificación, hidratación, refrigeración, embalaje, transporte hasta la comercialización mayorista y minorista.
Gentileza: INTA Floricultura
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