Las cuencas lecheras del oeste de la provincia de Santa Fe registraron durante mayo y julio pasado el cierre de 500 tambos por la crisis que afecta al sector a causa de la falta de precio y las inundaciones registradas en el arranque de este año, indicó la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
De acuerdo con Eduardo Baravalle, del Departamento de Producción Animal del mencionado centro de estudios, «la situación de la lechería hoy es crítica en general en la Argentina. En el caso de los tambos en la cuenca lechera central de la provincia de Santa Fe, a esa crisis se le agregan algunos condimentos regionales propios, que fueron fundamentalmente de tipo climático y que le pegaron aún más».
Baravalle refirió que la crisis tiene un alcance de al menos dos años producto de la situación «económica y financiera» y, por otro lado, también por la «crisis productiva» que «responde a factores externos e internos».
El informe refiere además el impacto que tuvo en el orden doméstico la caída abrupta que experimentó en los últimos años el precio de la leche en polvo, que pasó de un valor de u$s5.000 a un piso de u$s2.200 por tonelada.
«Hubo momentos muy buenos en los precios internacionales, pero la verdad es que no supimos aprovecharlos», se lamentó Baravalle.
El informe de la UNL refirió además que «los problemas de precios que comenzaron en 2014 perduran hasta hoy», al tiempo que expresó que la situación empeoró con «la situación dramática que devino del clima desde abril, cuando cayeron en el centro de Santa Fe entre 500 y 700 milímetros, es decir, entre 80 y 90% de lo que llueve en todo un año».
Según Baravalle, la crisis también fue social, ya que los productores y el personal del campo tuvo serios problemas para relacionarse con los sectores urbanos, lo cual trajo aparejado el cierre de entre 400 y 500 establecimientos en la provincia entre mayo y julio.
Hay que tener en cuenta que en el país quedaron en producción unos 10.500 establecimientos, mientras que en Santa Fe se sostuvieron apenas 3.500.
FUENTE: DyN
Si no fuera un riesgo sanitario deberìan venir a Rosario y Buenos Aires a regalar leche. Hay que terminar con el monopolio del procesamiento