La ganadería goza de buenas expectativas en estos tiempos. Claro que resta saber qué mecanismos pondrá en funcionamiento quien tome el poder en diciembre próximo; sin embargo, se sabe qué cambios habrá porque en las condiciones actuales la producción ganadera tiene el freno puesto.

La gran mayoría de los pedidos de la cadena se asientan en la necesidad de volver a exportar libremente como vía para recuperar el status de país ganadero, exportador, con acceso a los mercados que mejor pagan en el mundo. Sobre todo ahora, con la posibilidad de llegar hasta el mercado canadiense y cuando se dispone incluso de una cuota especial para animales con encierro en corrales o feedlots (Cuota 481).

“Claramente no sabemos qué tan proactivas o no van a ser las políticas respecto de las exportaciones de quien asuma el 10 de diciembre. Pero imaginando que algunos cambios van a ir en esa línea, habrá una vuelta a la producción de novillos”, indicó Víctor Tonelli, analista del mercado de carnes. Además, anticipa que se irá recuperando gradualmente el stock desde los menos de 3 millones de novillos de hoy hasta lograr los 6 millones o más que vuelvan a generar materia prima para regresar a los mercados del mundo.

“Habrá un aumento de la productividad, toda vez que las exportaciones son francamente estimulantes a largo plazo. En ese proceso se puede prever una caída inicial de faena y de carne con destino al mercado interno por retención de hembras y cambios en la categoría, porque el ganadero ingresará en la variante ‘me guardo el ternero que hoy faeno para transformarlo en novillo un año más tarde’”, analizó.

Paralelamente, se espera un incremento en los precios de todas las categorías por este proceso de suma por retención y derivación de oferta a las exportaciones. Y también un incremento en la participación de otras carnes en la canasta del consumidor local.

“El precio del ternero –de limitada oferta– para invernada va a ser muy alto, y la caída de la oferta vacuna en el mercado interno será reemplazada por las otras carnes que tienen potencial, como para neutralizar la caída”, anticipó el especialista.

De todas maneras, para Tonelli el concepto que maneja la cadena de carnes es que no va a haber faltantes, aunque sí habrá cambios en la oferta de vacuno (menor) y pollo/cerdo (mayor). “Estamos muy cerca del cambio, hay una gran expectativa entre los productores, y esperemos que el próximo gobierno, en la medida en que pueda, con más o menos gradualidad, devuelva la competitividad exportadora”, explicó.

Respecto de las existencias actuales, Tonelli hizo un racconto de cómo fue mermando el rodeo. “El stock de novillos en 2005, el último año de políticas sin intervención de las exportaciones, era de 6,6 millones de cabezas, y en 2015 estamos con menos de 3 millones, es decir que hay menos de la mitad de la materia prima necesaria para las exportaciones”.

Cabe recordar que para exportar las 30 mil toneladas de la cuota Hilton hace falta faenar 1,5 millones de novillos trazados y que no provengan de encierres a corral, razón por la cual no se ha podido cumplir con la cuota en los últimos tiempos. “No tenemos novillos suficientes para cumplir con la cuota Hilton, que son las joyas de la corona de la industria frigorífica”, se lamentó el especialista. Y continuó explicando: “Por lo tanto, no habrá materia prima para responder si decimos que estamos a punto de reingresar a los mercados de los Estados Unidos y Canadá; estamos trabajando con la Cuota 481 en Europa con cero arancel de ingreso y continúa la demanda creciente de China y otros mercados”.

Está claro que la demanda mundial de carne no está siendo suficientemente abastecida; de otra manera, los precios no habrían crecido como lo hicieron. La Argentina tiene condiciones pero debe trabajar para volver al ruedo.

Nota aparecida en Diario PERFIL del sábado 26 de septiembre. Para suscribirse, haga click acá.