Citricultures emitieron un comunicado en el que alertaron por la crisis que atraviesa el sector, al que consideran camino a la «muerte». Según indicaron, el costo de producción y cosecha asciende a $1,50 por kilo, mientras que el precio de venta en el mercado interno es de $0,50, y en las góndolas el consumidor final paga $10 el kilo. O sea, al productor le pagan $0,50 lo mismo que el consumidor final compra a $10.
«Lo que no pudieron las duras heladas ni la grave crisis de 2001, lo está consiguiendo la inacción del Estado Nacional, que no reacciona ante la agonía de un sector del que dependen las familias de más de 2.000 productores, de alrededor de 40.000 trabajadores entre empleados directos e indirectos y de cientos de proveedores de servicios e insumos», comienza el comunicado, al tiempo que agrega: «Las gestiones que hemos impulsado las entidades se han revelado ineficaces para lograr del Estado las soluciones que sólo de él dependen, por lo que nos debemos una sincera autocrítica, a la par de que estamos llamados a redoblar nuestros esfuerzos para consolidar la unidad de todos los eslabones de la citricultura y fortalecer el vínculo con nuestras comunidades».
Entre las cifras que difundió el sector, remarca que en 2008 la Argentina era la primera exportadora de mandarinas del hemisferio sur, mientras que hoy «no existe». «La caída es del 70%, (mientras que) en naranjas, la disminución es del 90%», asegura.
«No es culpa de la crisis internacional. El vecino Uruguay, con una fruta de similar calidad a la nuestra y en el mismo contexto mundial, ha conseguido ingresar en los potentes mercados de Brasil y los Estados Unidos; Perú no para de crecer», señala el comunicado, y añade: «El que tiene alma de citricultor se siente morir cuando no le queda otra que tirar fruta de reconocida calidad internacional, porque no le pagan nada por ella en el mercado interno, e intentar venderla al mundo lo hunde en la bancarrota, mientras el Estado Nacional permanece indiferente».
La citricultura argentina actual «no es asunto de terratenientes sino de familias»: el 80% es agricultura familiar pura, en superficies de 20 a 30 hectáreas.
Los datos de la crisis
– Desaparición de la rentabilidad: se vende a $0,50 lo que cuesta producir y cosechar $1,50.
– Atraso cambiario: Rusia, comprador de nuestras mandarinas, devaluó 92% en los últimos 12 meses; Europa, el 20%.
– Elevadísimos aranceles de exportación, entre 16% y 23%. Los competidores lograron arancel cero.
– Imposibilidad de acceder a mercados rentables, como los EStados Unidos y Brasil.
– Inflación en dólares y excesivos costos internos.
– Asfixiante presión tributaria.
– Atraso en el cobro del IVA y los reintegros.
– Sin créditos acordes a los tiempos de la actividad que permitan la reconversión. Productores de países competidores tienen créditos al 5% anual. Aquí, si es que se consigue, es al 30% anual.
– Ruptura de la cadena de pagos, concursos de acreedores y quebrantos.
– Carencia de recursos para afrontar la cura de las plantas, con el consiguiente riesgo de que la Argentina pierda el estatus de país libre de HLB.
– Senasa: como autoridad de contralor fitosanitario, el organismo está absolutamente desfinanciado y con graves deficiencias en la operación, perjudicando con sus trabas toda la actividad.
Para los citricultores, es necesario tomar decisiones en pos de soluciones de fondo. Esto reclaman:
– Decisión política: si las autoridades nacionales deciden salvar a la citricultura, todo es posible.
– Créditos a tasa blanda y con períodos de gracia, diseñados en función de un cultivo perenne.
– Apertura de mercados: gestión urgente para abrir los mercados de los Estados Unidos y Brasil.
– Dólar diferencial para la fruta.
– Reforma tributaria, que adapte la presión fiscal a las características propias de la actividad.
– Diferimiento de las obligaciones tributarias del año 2015 para 2016, con planes en cuotas.
– Estímulo a la incorporación de más mano de obra registrada mediante una atenuación de la carga tributaria, reconociendo en el citrus a unas de las pocas actividades económicas cuya mano de obra artesanal es insustituible. Ni la cosecha, ni la poda ni el raleo pueden ser hechos por máquinas.
– Auxilio del Estado para la adquisición de productos que permitan curar y abonar las quintas.
– Autorización a los exportadores para cancelar obligaciones tributarias con el saldo técnico de IVA.
– Cobro automático del IVA y reintegros.
– Apoyo del Estado para promover el consumo interno de citrus en espacios como Fútbol para Todos.
– Insertar a la fruta fresca y al jugo cítrico, con sus reconocidas propiedades saludables, en la dieta de los colegios.
– Observatorio de precios que vigile la evolución de los costos desde la planta hasta lo que paga el consumidor final.
– Implementación de seguros multiriesgo específicos para la actividad citrícola.
– Tratamiento de la Ley de Creación del Fondo Nacional Citrícola.
– Devolución a los productores del capital de trabajo perdido en 2015, estimado en $1.800 millones, imprescindibles para que se eviten los inminentes quebrantos y se pueda continuar con la actividad en la próxima temporada, curando y preparando las quintas. Tal cifra, crucial para salvar a la citricultura, resulta irrelevante para el gobierno nacional, si se compara con los beneficios que otorga a otros sectores de la economía. Por ejemplo, favorece a la industria electrónica de Tierra del Fuego exceptuándola del pago de impuestos por $23.500 millones de pesos al año (IVA, Ganancias, impuestos internos y derechos de importación).
– Modificación del artículo 26 de la Ley de Impuestos Internos, para elevar el porcentaje de jugo natural en las bebidas sin alcohol a base de frutas.
Es muy triste lo que pasa con la produccion, sea de cualquier tipo, nada es rentable, creo que nos quieren fundir a todos y quedarse con nuestras propiedades, que en muchos casos son herencia familiar……algun dia se hara justicia?
Siento mucha indignación,porque quienes trabajan y son los proveedores de la riqueza del país, son maltratados,por quienes gobiernan,….
No la tires…regalala, imbecil!!!
Sr. Francisco, NO tiene nada que ver que se encuentren lejos de los centros urbanos, el problema que NO HAY POLITICAS DE ESTADO para sostener la produccion, el Estado debe intervenir, pero oh!!! porque no interviene, que esperan, y si….!!!! acertaron, esperan que se fundan todos y DOMINARLOS.
Soy viajante de Repuestos para Indsutria, Pesca, Agro, Mineria, Petroleo y lo vivo en DIRECTO, todo el sistema productivo esta a punto de QUIEBRA, sin rentabilidad, NO SE INVIERTE NADA!!!!!! NO SE PREVIENE NADA!!!!! es un pais con un solo objetivo, QUE TODOS TERMINEN DEPENDIENDO DE UN SUBSIDIO DE HAMBRE y ser cautivos de delicuentes y corruptos de Turno, de cualquier partido, NO importa quien gobierne.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
No conozco los entretelones del mercado de frutas, pero esto sucede desde hace años, recuerdan cuando tiraron toneladas de manzanas al Rio Negro, uno de los motivos es que la producciòn generalmente esta a 1.000 km o mas de los grandes centros de consumo y el acarreo encarece el producto.
Lo único que «crece» es el narcotrafico y la explotación sexual en E. Rios: provincia feudal de los Cresto, Busti,Urribarri !
que verguenza, que la gente que trabaja se sienta humillada por nuestro gobierno por las medidas economica aplicadas.