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Actualidad

31/01/2014

Las lluvias no pudieron salvar el maíz

Un informe de la Bolsa de Rosario aseguró que las precipitaciones caídas la semana pasada en la zona núcleo no fueron suficientes para el maíz de primera. En cambio, beneficiaron a la soja.
Sequía y herramienta para enfrentarla. Los especialistas del INTA trabajan en un índice para cuantificar el impacto de la sequía a pedido de varias provincias afectadas.

Las lluvias registradas sobre el norte bonaerense, sur de Santa Fe y sureste de Córdoba no permitirán salvar la situación de sequía que padeció el maíz sembrado en setiembre-octubre, aunque sí lograran quebrar la falta de humedad que tiene la soja.

Así lo indicó el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario, donde se expresó que «el maíz de primera ya no puede revertir los daños sobre el rendimiento».

«Las lluvias llegaron sobre la hora y salvan a la soja: con 40 y 100 milímetros, las precipitaciones cayeron sobre la región núcleo y resultó clave para la soja que está en plena definición de rendimiento y también para los cultivos de segunda que tenían frenado el crecimiento», indicó la entidad rosarina.

Los especialistas admiten que diferente será la situación que ofrece el maíz de primera, que no logrará modificar el efecto que produjo la sequía sobre sus futuros rindes, cuando aún falta la llegada de nuevas lluvias el próximo sábado.

En la última semana, el norte bonaerense logró recibir al menos 100 milímetros, con máximos de 176 milímetros sobre campos de Pergamino y de 158 milímetros en General Pinto.

«En el resto de la región las lluvias promediaron entre 40 y 80 milímetros», se explicó la Bolsa de Cereales rosarina.

Paralelamente, estas regiones se vieron afectadas por temperaturas que rondaron los 38 y 40 grados, y con mínimas de entre 10 y 13 grados durante gran parte de enero.

Para los especialistas, el «bienestar climático» que aportaron las últimas lluvias permitieron que «el cultivo de la soja retomara fuertemente su desarrollo: esto resulta fundamental para la oleaginosa de primera que transita los estadios críticos de fructificación y llenado de granos».

Desde la bolsa rosarina se prevé que los rindes proyectados alcancen los 3.000 a 4.500 kilos por hectárea, dependiendo esto de los futuros aportes hídricos que se reciban y las temperaturas que se registren en dichas áreas agrícolas.

Los técnicos consignaron que los cultivos tempranos «ya fueron afectados (por la sequía)» y se estimó que «han perdido irremediablemente potencial de rinde y están en llenado de granos».

En el caso puntual del maíz, los especialistas admiten que los lotes exhiben «rindes muy dispares», aunque en las «zonas más favorecidas se lograrían (rendimientos de) 8.000 a 10.000 kilos por hectárea».

«La otra cara de la moneda son los 40-50 quintales por hectárea que con suerte se podrán sacar de áreas donde el clima arremetió con todo», se indicó, al tiempo que se reconoció que «los maíces tardíos que ingresan en floración son especialmente beneficiados por las lluvias».

FUENTE: DyN

31 de enero de 2014

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