El viernes 29 de mayo, el Banco Central de la República Argentina dispuso que “las empresas que cuenten con activos líquidos originados en la formación de activos externos deberán disponer primeramente de esos recursos para el pago de obligaciones con el exterior”.

Esta medida tuvo repercusiones entre la dirigencia de las entidades rurales. Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, señaló en Twitter que “esta normativa no hace más que opacar el mercado de cambios para los importadores, y enturbiar los sistemas de precios internos de los insumos estratégicos que tanto necesitamos para seguir produciendo. El año pasado se importaron 2.600 millones de dólares en insumos estratégicos como fertilizantes y productos fitosanitarios”.

Por su parte, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en un comunicado sostuvo que “el efecto real (de las nuevas medidas del BCRA) es un desdoblamiento cambiario donde el productor va a terminar pagando sus insumos productivos a un Dólar CCL ($115), MEP ($107), etc, en definitiva, un dólar de entre dos y tres veces superior al que efectivamente está cobrando por su producción (Dólar Soja $ 46)”.

Para CRA, “en lo inmediato, y de no resolverse esta situación, se generarán replanteos de paquetes tecnológicos a aplicar, el área de siembra de la fina que tenía una intención record de un 7% superior a la campaña anterior, caerá fuertemente y los rindes de la próxima cosecha serán marginales. Para la siembra de la gruesa el escenario es aún peor, el efecto deja fuera de juego al maíz y la soja de los planteos productivos en gran parte del área agrícola.

Para el economista Jorge Ingaramo, este refuerzo del cepo “produce un daño inmenso y es peor que el cepo del gobierno de Cristina Kirchner, ya que estaban reguladas las importaciones autorizadas al dólar de 9,20 pesos, con una cantidad limitada por Guillermo Moreno, pero no se habían metido con el contado con liqui”. 

Según Ingaramo, “hasta nuevo aviso no habrá operaciones de canje y los que se tomen se harán con el precio del contado con liqui. Las empresas proveedoras no reciben más los pagos, porque si ellos cobran a 70 y tienen que comprar a 115 pesos, tendrían que asumir la pérdida. Solo se está entregando lo que ya tiene cancelado y con remito”.

Para el productor Néstor Roulet, ex secretario de Agricultura, comentó a Super Campo que “no me preocupa tanto que pueda subir el precio sino que la mercadería esté disponible. Hay tantas trabas que no sé si las empresas las van a poder cumplir”. 

Roulet agregó que los insumos más perjudicados serán los fertilizantes no nitrogenados, los componentes de agroquímicos e incluso la maquinaria agrícola, ya que en mayor o menor medida contienen componentes de origen extranjero.

Con respecto al impacto en los planteos agrícolas, Roulet explicó que con 100 kilos de fertilizante se pueden obtener 30 quintales/ha de trigo de rendimiento y aplicando 200 kilos de fertilizante se conseguirían unos 40 quintales. “Como hasta ahora la relación insumo producto es muy buena conviene poner fertilizante. Si se calculan 7 millones de hectáreas de trigo, con 30 quintales se obtendrían 21 millones de toneladas y con 40 quintales serían 28 millones. Estas siete millones de toneladas le vendrían bien a la Argentina para exportar y obtener divisas. Para el productor, si el fertilizante está mucho más caro, le cambia la relación insumo producto y no le va a convenir económicamente aplicar más fertilizante”.