A esta altura nadie puede discutir acerca del nivel de excelencia de la genética ganadera que se luce en las filas palermitanas, como tampoco acerca de la capacidad de esos reproductores de imprimir sus características sobresalientes en los rodeos generales.
Sin embargo, hablando con Alejandro De La Tour, el nuevo presidente de Hereford desde abril de este año, explicó que “todavía vemos que al momento de comprar reproductores sigue primando la elección en base al fenotipo animal más que en sus DEP’s, o Diferencias Esperadas de las Progenies. Esto no significa que no haya algunos compradores que vengan buscando requerimientos específicos, pero todavía se compra pensando en ‘me gusta este animal’”, comentó en una charla con PERFIL, De La Tour, durante la primer semana de Palermo. El caso es que estos animales no son sólo increíbles ejemplares desde su aspecto, sino que representan el modelo más perfecto de su raza. Aquí vale acotar que la Diferencia Esperada de la Progenie es un indicador numérico que estima el promedio productivo que se espera en los hijos de un reproductor respecto a una base de comparación (promedio de un conjunto de animales llamado población base) para una característica de importancia productiva. Tal puede ser el caso del peso al nacer, o facilidad de parto en el caso de una hembra, por poner algún ejemplo.
En la otra punta del eslabón se encuentran los ganaderos con sus rodeos generales en los que necesitan apuntalar la productividad. “Lo que más busca un ganadero que compra un animal mejorador como el Braford es carne y calidad carnicera, aunque también busca que sean animales rústicos que se adapten a un medioambiente duro, marginal, con climas rigurosos, con gran cantidad de ecto y endoparásitos; un animal que pueda ser caminador. En general esta raza trabaja en campos del NOA con grandes impedimentos como malezales y esteros. Se los busca fértiles y que lleguen temprano a su pubertad”, explicó Tiziana Prada, flamante presidente de la Asociación de Criadores de Braford.
Durante los primeros días de la feria se realizó también la Semana de Carne y allí aparecieron algunos indicadores sobre los que todavía debe trabajar firmemente la ganadería local. Uno de ellos es el Indice de Destete que se ubica en el 62%. De igual modo preocupa otro indicador como el Peso de Faena de la media res que está en torno a 220 kg.
Entre los desafíos que se plantea la Mesa de Carnes que celebró una reunión en ocasión de Palermo 2019, se encuentran elevar al año 2025 el destete al 72% y el peso de la media res a la faena en 250 kilos, números que no están para nada a lejados de la realidad.
Durante Palermo, Fernando Canosa y Víctor Tonelli, Coordinadores técnicos de la Mesa de las Carnes, pusieron en valor la efectividad de estos encuentros en los que intervienen 37 instituciones representadas. “Los últimos años creció 10% la producción de las cuatro carnes hasta alcanzar los 6 millones de toneladas. Hoy la carne vacuna representa el 50% de la oferta, 37% es de pollo, 12% cerdo y 1% ovina. Es fenomenal cómo crecieron las que antes llamábamos carnes alternativas, cerdo y pollo”, dijo Tonelli. Comparando 2015 con 2019, la oferta de carne al mercado interno se mantuvo rondando los 5 millones de toneladas (2,3 millones de carne vacuna, 1,9 millones de pollo, 650.000 toneladas de cerdo y 57.000 toneladas de ovino) pero cambió la participación de cada especie para abastecer al mercado interno. De la Mesa surgió también que la Argentina ha trabajado mucho en el acceso a mercados internacionales y en aumentar vertiginosamente el ritmo de exportaciones. Esto permitió que en los últimos 5 años (desde que se creó la Mesa de Carnes), el país pasó del 11º puesto como exportador al 5º lugar. En ese momento las ventas externas representaban el 7,5 del total producido (1.000 millones de u$s) y el objetivo para el 2025 es que lleguen a 2 millones de toneladas con un equivalente de 13,000 millones de dólares.
Algunos de los objetivos que se fijó la Mesa en sus inicios fueron cubiertos y en otros se sigue trabajando. Durante la realización del encuentro durante la Semana de la Carne, quedó flotando que el tema económico financiero todavía es “la” piedra en el zapato de los productores. Entre lo que queda por hacer, se incluye la reducción de la carga impositiva, sobre todo a nivel provincial y municipal para ganados y carnes. También se sugirió elevar el incentivo a la producción de novillos, y estímulos para mejora productiva en cría (más terneros y más vientres) e invernada (más kilos por cabeza faenada). La genética está disponible, hay excelencia en reproductores para mejorar los rodeos y producir más cantidad de
animales, pero hay que tener resto para comparar estos reproductores y, como si fuera poco, todavía el manejo tiene vital importancia en la mejora de la productividad.
La gandería es una actividad a largo plazo y los empresarios necesitan espaldas financieras para hacer reservas y suplementar en forma estratégica, para comprar reproductores, para llevar planes sanitarios y para toda clase desembolsos.
Los mercados se abren, hay demanda ex ter na y hay buena calidad de base. Todavía falta un empuje de la macro para dar pasos más firmes que repercutan en toda la cadena.
Por María Lorena Rodríguez para Super CAMPO. Fotos: Enrique Abbate.
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