INGRESOS. Los productores pueden aumentar de 100 a 250 dólares por hectárea.

La calidad de producto en el cultivo de garbanzo depende de la genética, reservas de agua en el suelo, calidad de semilla, manejo nutricional corrrecto en el cultivo y calidad de cosecha.

Respecto a la calidad de semilla, las precipitaciones ocurridas durante el momento de cosecha la campaña pasada generaron problemas de bajos niveles de poder germinativo. “En este sentido, Stimulate de Stoller, provee a la semilla un correcto balance de fitohormonas, que se traducen en mejores ratios de nacimiento, sistemas radiculares de mayor profundidad y mejor implantación del cultivo”, señalaron desde la empresa.

Respecto al manejo nutricional del cultivo, si durante el estado vegetativo del cultivo ocurren fuertes heladas, los especialistas de Stoller recomiendan la aplicación de Stimulate y Mastermins Plus, que provee condiciones de desintoxicación y estimulación al rebrote, permitiendo al cultivo recuperar estado y proseguir con la síntesis de sustancias de reserva que luego son particionadas en la producción de mayor cantidad y calidad de granos producidos.

Mastermins Plus provee los nutrientes necesarios para que la planta pueda seguir sintetizando sustancias de reservas que se manifiesten en un buen llenado, aprovechando las reservas de agua.

En la floración, Sett provee aportes de Calcio y Boro que favorecen la acción del polen y el fijado de flores, de forma tal de aumentar la cantidad de vainas por metro cuadrado. “Ensayos sobre cultivos de garbanzos aplicando esta tecnología permitieron aumentar hasta un 28% la producción por hectárea y hasta un 7% de mayor proporción de granos de 9 milímetros. Con los actuales valores de producto y en función del aumento de productividad, el aumento de ingreso por hectárea puede variar entre los U$S 100 a U$S 250 por hectárea”, estiman los especialistas de Stoller.