El modelo productivo que venimos gestionando en la región NOA desde fines de los 90 busca alcanzar el máximo potencial de rinde del cultivo de soja, muy focalizado en los factores reductores (plagas) y menos atento a los limitantes y definitorios, agua y fertilidad. Esto se comprueba al ver los bajos porcentajes de rotación con gramíneas y fertilización con fósforo. Esta manera de producir llevó a un constante incremento de los costos e intensificó la selección de resistencias, si bien el bajo nivel rotación fue una estrategia de subsistencia en respuesta a políticas económicas desfavorables, especialmente para la producción en arriendo.
En las últimas campañas, el aumento del costo de producir granos en el NOA tiene como componente principal al control de malezas. Los costos de manejo de malezas con herbicidas varían entre u$s90/ha y u$s180/ha, según la estrategia elegida en función al complejo de malezas presentes. Cuando las malezas problema está recién introduciéndose en un lote es el momento donde más eficaz debe ser el control: lo que aquí puede parecer muy costoso se diluye en el costo medio total. Además, a mayor escala la efectividad disminuye. La presencia de Atacos resistentes incrementa el gasto entre u$s40-50/ha con relación a lotes dónde solamente hay gramíneas RG. Cuando hay Atacos resistentes, el maíz en la sucesión permite una estrategia de menor costo y con mayor rotación de activos.
Las principales limitantes agroecológicas de la zona siguen siendo el agua y la baja estabilidad de los suelos, y la siembra directa (SD) es determinante en el sostenimiento del sistema. La SD y el cambio en la tecnología de semillas en soja y maíz permitieron tener mayores rindes y más estables. El control mecánico de malezas mediante el uso de rastras tiene que ser evaluado concienzudamente.
El sistema agrícola es complejo, nos lleva cambiar la mirada, a analizar procesos biológicos, productivos, económicos, sociales y sus interacciones en un período de tiempo mayor a una campaña, mirar y planificar en términos de balances del sistema. Hoy tenemos más experiencia, sabemos que simplificar no es la mejor alternativa, que hay que rotar soluciones. Las nuevas tecnologías de teledetección y comunicación pueden servir para ver el problema desde un nivel superior; generar SIG permiten ampliar la mirada, hacer ZOOM del ambiente e integrar varios planos. Manejar la complejidad del sistema requiere la capacitación de las personas que trabajan en los campos, de los equipos y de las redes de trabajo es un punto clave.
Hay que evitar que las malezas se vuelvan la limitante: los cultivos se pueden sustituir, el deterioro del suelo y su infestación con malezas resistentes NO.
Aquí, el video de la presentación:
(*) Ing. Agr. Daniela Pérez, Sección Economía, Programa Granos EEAOC.
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