Científicos del INTA obtuvieron, a partir de la modificación en la dieta de las ponedoras, huevos con cinco veces más Omega-3 (n-3), ácidos grasos poliinsaturados que son beneficiosos para los seres humanos: permiten reducir los riesgos vinculados a enfermedades cardiovasculares, arteriosclerosis, artritis y otras enfermedades autoinmunes.
“Se usaron semillas de lino y chía y aceites de lino y de pescado de mar”, dijo Claudia Gallinger, investigadora del INTA Concepción del Uruguay –Entre Ríos−, quien resaltó: “El aceite de pescado de mar, a diferencia de las fuentes vegetales, entre otras funciones, juega un rol importante en el desarrollo del cerebro en la niñez, disminuye la presión sanguínea y mejora la circulación de la sangre”.
“La búsqueda de huevos enriquecidos surge por el bajo consumo de ácidos grasos Omega por parte de la población argentina, que no tiene incorporada regularmente a la dieta el pescado de mar”, explicó la investigadora.
Ante la evidencia de que el huevo puede enriquecerse con ácidos grasos Omega-3, Gallinger junto con científicos del INTA Pergamino –Buenos Aires− y del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA Castelar –Buenos Aires−, evaluaron diferentes alternativas en la dieta de las ponedoras mediante el uso de fuentes de Omega-3, como las vegetales y animales.
Al tener en cuenta que un huevo normal aporta 140 miligramos de n-3, los científicos hallaron que, a partir de los tratamientos con semilla y aceites de lino, se pudo incrementar tres veces la cantidad de omega-3 –hasta 400 miligramos– en la producción.
En el caso de incorporar estas semillas y aceites en los alimentos avícolas se lograría que “el productor pueda incorporar al mercado huevos con mayor valor agregado y que el consumidor pueda ingerir huevos con alto valor nutricional que, a la vez, cuiden su salud”, explicó Gallinger.
FUENTE: INTA Informa.
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