El comienzo del otoño es uno de los momentos de mayor cantidad de trabajo en la huerta familiar.
Francisco Pescio, técnico del programa ProHuerta, comentó a Super CAMPO que «estamos largando la temporada de otoño e invierno. Hay que terminar de cosechar lo que haya quedado del verano, como tomate o calabaza, por ejemplo y seleccionar para semilla».
El técnico agregó al tratarse de un abril todavía bastante cálido, se pueden preparar plantines de crucíferas como repollo, brócoli, coliflor y kale, así como lechuga y acelga. También se puede trabajar la tierra para empezar a colocar las plantas de siembra directa como habas o arvejas (es ideal con temperaturas más bajas), lechuga, acelga y remolacha. Hay que aprovechar los últimos días de calor para empujar el crecimiento de las plantas.
«No se deberían sembrar verduras que necesitan mucho frío como la espinaca. Habría que esperar a mayo», agregó Pescio.
Paralelamente, para la preparación de la tierra se puede usar el material acumulado en la abonera durante el verano, vaciarla y empezar a acumular los residuos que se generan en otoño e invierno.
«Cuando se trabaja el suelo, se debe tener en cuenta que no se debe dejar la tierra descubierta, sino cubrirla con un mantillo de hojas que caen de los árboles, por ejemplo», recomendó el técnico del INTA.
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