Es clave extremar algunos cuidados en la cosecha estival para que la huerta siga siendo esa fiesta de aromas, colores, sabor y nutrición que lo es en cada temporada del año. Abundante riego, generar sombras y plantar lo adecuado son las recomendaciones básicas en esta estación.
Francisco Pescio, técnico del INTA AMBA del Programa ProHuerta (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación / INTA) recuerda que dentro de las especies de esta temporada se encuentran: albahaca, berenjena, calabaza, maíz dulce, melón, pepino, pimiento, poroto chaucha, puerro, radicheta o achicoria, tomate, zapallo, zapallito.
La huerta en el verano es un momento que suele llevar bastante laboriosidad. Es temporada alta de trabajo huertero: “Sin embargo, tanto esfuerzo puede traer su compensación, ya que si hacemos las cosas medianamente bien también es el momento de mayor cosecha”.
Pescio enumera algunas claves a tener en cuenta:
TRABAJOS. La primera recomendación tiene que ver con las huerteras y los huerteros, especialmente los pequeños y los que empiezan a peinar canas. En verano pueden registrarse temperaturas elevadas, que pueden ser perjudiciales para la salud. Con lo cual, evitemos trabajar en los horarios de mayor exposición solar (de 11 a 16 horas). Es aconsejable utilizar sombreros o gorras, tomar abundante agua potable y utilizar protector solar.
RIEGO. Uno de los elementos claves para tener una buena cosecha va a ser manejar el riego. Es fundamental que las plantas tengan la cantidad suficiente de agua. De lo contrario, veremos que crecen lentamente, con hojas amarillentas o frutos que se caen o se agrietan. Como ejemplo, una planta de tomate en activo crecimiento puede consumir hasta 20 litros de agua por día.
Sin embargo, hay que prestar atención a algunos elementos en el riego: conviene regar diariamente, por la tarde (cuando el sol este perdiendo fuerza) Las gotitas de agua actúan como pequeñas lupas, y cuando el sol pega sobre ellas, quema las hojas. Es por eso que hay que regar al suelo, no sobre las plantas. Algunas especies, como el tomate o la familia de las cucurbitáceas (zapallos, sandia, por ejemplo), son sensibles a los hongos de las hojas, los cuales atacan más fuerte cuando hay humedad en las hojas.
Siguiendo con el riego, es preferible realizar riegos más frecuentes que uno solo profundo. Si se puede contar con un sistema de riego por goteo, es una gran ayuda. Estos sistemas facilitan las tareas y nos permiten ahorrar mucha agua, lo cual es esencial en zonas con problemas de agua y ayudan a que cuidemos ese bien preciado como es el Agua.
YUYOS. Algunas malezas, como la gramilla o el sorgo de Alepo pueden ser un gran problema. Con calor, sol y agua, crecen muy rápido sobre los canteros y ahogan nuestras plantas. Por lo tanto, hay que mantenerlas bajo control. ¿La forma? Desyuyar y cobertura vegetal. En el caso de la gramilla, hay que eliminar los estolones (los pequeños tallitos que van a ras de suelo). Hay que tener cuidado de no dejar pequeños brotes, porque los mismos rebrotan y forman nuevas plantas. La otra propuesta es mediante la cobertura de suelo (mucho). Esta puede ser con plástico o bien mediante restos vegetales como corteza, viruta o chipeado de poda. No usemos restos de malezas como cobertura, porque van a invadir dichos canteros.
INSECTOS. Hay algunas especies que son muy seleccionadas por los insectos dañinos, como es el caso del tomate. Se debe revisar las plantas diariamente. Ante la aparición de chinches o animales similares, se deben utilizar insecticidas agroecológicos (recomendamos ver cartillas ProHuerta).
COSECHA. Muchas de las especies requieren cosecha diaria, como es el caso de los tomates o zapallitos. Debemos revisar cotidianamente las plantas y retirar los frutos que ya tomen color. Recordemos que las frutas maduradas en la planta suelen ser más ricos. Sin embargo, en el caso del zapallito o el zucchini se retiran por tamaño. Si dejamos los zapallitos mucho tiempo en la planta, estos van a seguir creciendo, pero se ponen amarillos y toman un sabor poco agradable. ¡Atención! Siempre antes de cocinar los zapallitos debemos probar una pequeña porción cruda. Esta tiene que tener el gusto habitual. Si es amargo, no consumir el zapallito.
Autor: Federico Guerra – INTA AMBA
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