Alejandro Petek es ingeniero agrónomo practicante. Lleva adelante un planteo propio, incluso tiene un semillero de girasol confitero y además brinda servicios como asesor agrícola. Si bien no es de los pioneros en el sistema de Siembra Directa aparece entre los miembros de la primera época, entre ese grupo de técnicos que tuvo que empezar de cero, avanzando para ir adentrándose en un nuevo
sistema productivo que propugnaba la no labranza. Para Petek ese suelo todavía hoy, pese a que pasaron 30 años de SD continúa comprometido. “La buena noticia es que gracias a la SD tenemos mucho más suelo del que tendríamos de haber continuado con las labranzas los últimos 30 años”.
Y el suelo preocupa de tal manera a la conducción de la Asociación que este año será el lema del Congreso Anual “30:10.000 ConCiencia del Suelo”. En charla con Super CAMPO, Alejandro Petek explicó que el encuentro tendrá la impronta de siempre en cuanto a la búsqueda del conocimiento en red, a través de la puesta en común de los saberes de cada uno. “Bajo el concepto ‘30:10000 Conciencia Suelo’ se presentan los 30 años de la institución, de concientización, dedicación y trabajo que muestra el enorme desafío frente a los 10000 años de agricultura de la humanidad. Este lema hace referencia a que el suelo es el sustento que genera más del 90% de los alimentos que consumimos en la humanidad, y a la importancia del cuidado de dicho recurso”, explicó.
—¿Por qué el suelo?
—Seguimos convencidos que el cuidado del suelo es fundamental para el cuidado del ambiente. Por un lado el espíritu académico va a buscar echar luz sobre cómo estamos, porque creemos que el suelo está en grave riesgo y hay que cuidarlo más todavía y hay ciertas cuestiones vinculadas con los saberes de los suelos. La idea es fomentar la participación de los asistentes a un intercambio para abordar la cuestión de los suelos en forma participativa. Que haya un ida y vuelta. Este fue uno de los principales objetivos que se pusieron los fundadores de Aapresid en su momento. La siembra directa fue la llave de un nuevo paradigma que está centrado en el cuidado del suelo.
—¿Vienen participantes del exterior?
—Como todos los años vamos a traer especialistas de EE.UU, tanto de universidades como a un productor que lleva unos 30 años con SD en ese país, algo que es poco común. También habrá gente de
Brasil y de otros países. Como formamos parte de la Mesa Magna que se formó para el abordaje de las Agtech, también vendrán especialistas de otros países que abordaran estas tecnologías en particular y los nuevos interrogantes que ellas plantean.
—¿Crece Aapresid?
—Se supera año a año. Este 2019 habrá más de 300 disertantes, más de 170 talleres y casi 50 plenarias. Es un número formidable. Aparte de las charlas plenarias tradicionales con más de 350 asistentes y de carácter más conceptual, y de los talleres que son más chicos y en los que se busca más interacción con los asistentes, este año se inaugura una instancia de “Matera” que busca mayor interacción aún. Queremos sumar conocimiento desde todas las áreas. Lo que se haga en la sala de matera sera priorizando la interacción. Habrá también dos socios de Aapresid como facilitadores y los asistentes
podrán intercambiar experiencias. Con nuestra idea de avanzar con la inteligencia colaborativa buscamos abordar distinto las fronteras del conocimiento.
EL SUELO BAJO NUESTROS PIES. “¿Cómo sabemos que todavía tenemos mucho por hacer por el suelo?” se pregunta en forma retórica Alejandro Petek. Y hace un ejercicio sencillo. “Hay varios datos indicativos. El primero es que cada vez que un camión sale de un campo se lleva nutrientes del suelo. Y cuando se hace el avance sobre las cosechas totales y su exportación contra las compras totales de nutrientes el balance es negativo. No llegamos ni al 50% de lo que exportamos de los lotes. No me gusta hablar de números -en este caso-, porque las cifras difieren y no quisiera dejar un dato erróneo. Para algunos investigadores 1 tonelada de soja se lleva 7 a 8 kg de fósforo; pero otras fuentes hablan de 4 kg. Sin embargo, lo que sí sabemos es que el balance de Fósforo es negativo a nivel global en la Argentina y eso lleva a que los niveles vayan mermando”, explicó. De acuerdo a Petek lo mismo pasa con el Potasio, aunque de este hay mayores niveles en los suelos. “Pero pasa con todos los nutrientes”, alertó Petek “por eso un objetivo que tenemos por delante es remediar esto”, dijo.
Respecto a los niveles de Materia Orgánica, consideró que se encuentran en la mitad de lo que tenían cuando comenzó la agricultura en la Argentina. “Las buenas prácticas no se reducen sólo a hacer SD, sino que se requiere mantener rastrojos en superficie, hacer rotaciones con gramíneas, nutrir los suelos, en fin hay que hacer un uso eficiente para que el suelo mantenga la mayor cantidad de vida posible”, indicó Petek.
Uno podría pensar que con 30 años SD la situación de los suelos pudo haber cambiado. “Sin SD sería mucho peor, seria una situacion de gran debilidad. Conseguimos cosechas récord porque la tecnología mejora y porque pudimos preservar, entre comillas, el suelo. Treinta años más de labraza sería una exposición del suelo a voladuras, a erosion hídrica y eólica. Sería dramático”, concluyó Petek.
Twitter
Facebook
G Plus