Con el apoyo de Arysta/UPL y la asistencia técnica de Emilio Satorre, la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT) recorrió durante dos días los campos de 10 productores del norte de Córdoba. Una radiografía de las razones que explican los rendimientos.
Nadie duda que la agricultura se enfrenta a un cambio de paradigma. La clave está en llevar adelante una agricultura abierta, integrada con todos los actores de la cadena. Y este es el objetivo que desde el año pasado persigue Arysta/UPL junto a la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT). El mismo al que apunta la nueva UPL bajo el concepto de “OpenAg”.
Conjuntamente con RAVIT, la compañía puso en marcha un proyecto que busca entender qué pasa en los lotes, a qué responden las decisiones de manejo y cuál es el abordaje más adecuado para el control de malezas. Para esto se vienen analizando 156 sitios productivos distribuidos en 1,5 millones de hectáreas del norte de Córdoba. La información que se genera a través del contacto con los productores y el análisis de 120 variables de diferentes sensores, relevamientos y entrevistas permite obtener datos que explican las brechas productivas de una misma zona y así ajustar recomendaciones de manejo.
“Entendemos que la solución al problema de malezas no está en un producto químico o en una empresa, está en el trabajo integrado y el intercambio de conocimiento. Con iniciativas como la que llevamos adelante con RAVIT podemos ver qué venimos haciendo bien y qué debemos mejorar”, sostuvo Florencia Schneeberger, coordinadora de Marketing de Arysta OpenAg.
La semana pasada, la Red puso en marcha una de sus habituales recorridas por los campos del norte de Córdoba. Junto al equipo de Arysta/UPL y la supervisión técnica de Emilio Satorre, docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y titular de la consultora Cultivar Conocimiento, se visitaron 10 establecimientos en dos días.
Fueron más de 550 kilómetros de recorrida por diferentes ambientes y situaciones. La recorrida fue realizada en el momento clave de los cultivos, cuando están empezando a definir su rendimiento. “Siempre hacemos estas giras porque nos permiten, justo en el momento crítico donde se define la productividad, poner frente a frente al técnico decisor de las tecnologías aplicadas con la ciencia representada en el experto agrónomo y nada menos que en el sitio donde se genera toda la información que será posteriormente analizada”, explicó Esteban Tronfi, titular de RAVIT, y agregó que en general “los cultivos están empezando a transitar su período crítico en una condición de desarrollo muy buena”.
La evaluación a campo realizada por Emilio Satorre es una herramienta fundamental de la estrategia que lleva adelante la Red. Con estas recorridas, el especialista logra sustentar el análisis global que realiza periódicamente en los más de 150 sitios monitoreados.
Satorre destacó el muy buen estado de los cultivos y el excelente manejo de los productores visitados. “Vimos que prestan atención a aspectos como la estructura de los cultivos, la elección de la fecha de siembra, densidades y variedades o híbridos elegidos. También el manejo de malezas se ve como una preocupación central. Yo suelo decir que las malezas hacen ingeniería en nuestros lotes. Nos dicen qué es lo que podemos hacer y lo que no. Que no avancen las malezas significa el triunfo de nuestros cultivos”, expresó.
Pablo Kálnay es especialista en malezas de Arysta/UPL y fue parte de la recorrida. “Vimos un excelente control, tanto en maíz como en soja. No sólo aprovechan los herbicidas disponibles, también están integrando al manejo distintas estrategias como el control cultural, fechas de siembra y densidades, barbechos, cultivos de cobertura y control de escapes. Los cultivos se encuentran muy limpios. Entre las de hoja ancha, el Yuyo colorado se ve muy poco, casi exclusivamente en las cabeceras. En gramíneas problemáticas, como Sorgo de alepo, Eleusine o Chloris, también se ve un muy buen control. Quizás un poquito menos que en las de hoja ancha, pero con estrategias que apuntan a una reducción constante de las poblaciones”, especificó Kálnay.
Ignacio Lo Celso, asesor de Estancia San Juan de Totoral, fue uno de los anfitriones de la recorrida. Guió al grupo por una soja que sorprendió por contar con más de 150 granos por planta y 25 a 26 plantas por metro cuadrado con posibilidades de superar los 5000 kg/ha de rinde. Para el asesor, su objetivo es llegar a maleza cero a la siembra. Pero la tarea se vuelve difícil y en esta campaña se ven matas de Sorgo de Alepo y gramíneas. Seguir profundizando el manejo de herbicidas residuales y repensar el manejo espacial de la soja son dos de las tareas para el hogar que le dejó la visita de Satorre y el resto del equipo.
Sergio Arzubi, de El Guadal, en Las Arrias, sostuvo que haber ingresado en este programa es muy positivo y los ayuda a ver cuáles son las decisiones que más afectan el resultado económico. Arzubi explicó que por la disponibilidad de agua no realizan siembras antes del 10 de diciembre. “Este año se atrasó un poco y pese a eso esperamos alcanzar unos 3000 kg/ha de soja y más de 8000 kg/ha de maíz”, dijo orgulloso frente a sus cultivos tardíos que no parecían acusar el impacto de los más de 40 grados de temperatura que hicieron el día de la recorrida.
Pedro Minuzzi, de Don Augusto, a 7 kilómetros de San José de la Dormida, guió al grupo por un lote de maíz dividido en dos ambientes en base a una diferencia de 80 mm de agua útil. En él realizó un ensayo de densidades con 2,7 y 3,1 a 3,4 plantas por metro en cada caso. El objetivo, maximizar la productividad.
Mauro Libardi, asesor de El Cebil, en El Rodeo, a 16 kilómetros de San José de La Dormida, compartió la ilusión que le genera ser parte de Ravit. “El plan de intercambiar información que sea relevante para todos es una herramienta muy importante para mejorar los niveles de nuestros cultivos”, dijo frente a un lote de soja de gran potencial de rinde.
La recorrida por los diez establecimientos seleccionados para esta gira por RAVIT terminó en Las Chilcas, ubicada en Rayo Cortado, a 170 kilómetros al norte de Córdoba. Allí Javier Williams guió al grupo por un lote de maíz tardío sembrado cerca de Navidad. “En el norte estamos en una situación beneficiosa en cuanto a la fertilidad de nuestros suelos”, dijo el asesor y reconoció que lo que mandan son las malezas, “por eso no tenemos una sola estrategia para controlarlas. Hoy el que no maneja malezas está afuera del sistema“, apuntó.
A la hora de las conclusiones, Satorre reflexionó junto al grupo de productores sobre el cambio de paradigma en la agricultura. “Hasta acá nos ha ayudado mucho la ecofisiología a la hora de entender cómo funcionan los cultivos. Ahora estamos entrando en una etapa donde la clave está en mirar el ambiente de un modo más global, y esto tiene que ver con la agroecología, con un manejo agrícola basado en la relación del cultivo con el ambiente”, apuntó.
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