La balanza comercial porcina argentina result贸 fuertemente deficitaria en el 2017. Esto es as铆 porque las exportaciones de carne de cerdo y sus derivados se aproximaron a los 15 millones de USD (MUSD) mientras que las importaciones sobrepasaron los 118 M USD, seg煤n datos del INDEC.
Compar谩ndonos con el resto del mundo, el pa铆s se ubic贸聽en 2016 en el puesto N掳54 del ranking mundial de exportadores de productos porcinos, con una muy baja participaci贸n del 0.002% del comercio global mientras que, por ejemplo, Brasil y Chile representaron cerca del 5 y 2% respectivamente. Si se observan las importaciones de cerdo de Argentina, un 85% proviene del vecino pa铆s del Brasil. Gran parte de estos env铆os es carne congelada de cerdo sin deshuesar.
La producci贸n argentina en toneladas equivalentes res, fue 566.276 en el 2017, mostrando un incremento interanual mayor al 8%. La actividad cuenta con numerosas ventajas, como son la disponibilidad de ma铆z y soja, que conforman la base de la alimentaci贸n y el principal costo de producci贸n, el clima favorable, la falta de聽amenazas sanitarias y la escala productiva necesaria que favorece su desarrollo a nivel regional. Asumiendo que un 60% de la dieta de los cerdos en Argentina contiene ma铆z, en el a帽o 2017 el consumo de ma铆z por parte del sector porcino habr铆a alcanzado 1,25 mill贸n de toneladas.
La producci贸n de carne de cerdo se destina, en su gran mayor铆a, al mercado interno. Cerca del 40% de la producci贸n total es elaborada por cinco establecimientos.
ESCALA. La producci贸n de cerdos se encuentra fuertemente concentrada. Los establecimientos m谩s grandes con 2.000 animales (los cuales representan el 11% del total de los establecimientos de
cr铆a) participan con el 79% del total de la faena (unos 5 millones de cabezas). Estas plantas poseen 54% del stock de madres a nivel nacional (unas 192.000). El volumen total de establecimientos asciende a 5.178 unidades productivas.
Hay una importante presencia de peque帽os productores en la etapa primaria e industriales que coexisten con establecimientos intensivos de mayor tama帽o, tecnolog铆a moderna y mejores condiciones sanitarias, los cuales han integrado las etapas primarias e industriales. La mayor铆a de los productores porcinos argentinos (73% del total, unos 3.800) presentan sistemas productivos de muy baja escala: menos de 500 cabezas anuales enviadas a faena, lo que equivale a en promedio a 1,5 cabezas diarias. Estos sistemas de peque帽a escala no permiten incorporar tecnolog铆a de punta y sistemas m谩s eficientes en la faena, dificultan la estandarizaci贸n de la calidad (la carne), tienen un mayor costo de negociaci贸n聽y elevada informalidad impositiva. Esto impide el desarrollo de una estrategia de exportaci贸n m谩s agresiva.
LIMITANTES. Uno de los problemas que desalienta actualmente las nuevas inversiones en el sector tiene que ver con el Impuesto al Valor Agregado sobre las compras de activos fijos. Hasta la reforma tributaria (Ley 27430 BO: 29/12/2017), la venta de cerdos estaba gravada en IVA con una al铆cuota del 21%. Es decir, que una granja vend铆a cerdos y cobraba el 21% de IVA mientras que sus compras estaban gravadas parte al 10,5% y otra parte al 21% (expeller, n煤cleos proteicos, vacunas, etc.). Los sueldos del personal no est谩n alcanzados por el impuesto. Dependiendo del resultado, la posici贸n fiscal en IVA todos los meses era a favor del Fisco en cifras relativamente considerables.
Pero luego de la reforma tributaria, la al铆cuota de impuesto al valor agregado por la venta de cerdos baj贸 del 21% al 10,5% sobre las ventas netas, por lo que las granjas pasaron a tener posiciones fiscales en IVA sumamente equilibradas. El objetivo de esta medida apuntaba a bajar los precios de la carne en g贸ndola y eliminar la informalidad. El problema para los productores aparece cuando se desea crecer, invertir y tener m谩s madres en producci贸n. La inversi贸n estimada por madre se ubica entre U$S 8.000 y U$S 10.000 m谩s la necesidad de disponer del inmueble rural en donde desarrollar las actividades. El IVA que se acumula al invertir es equivalente al聽17%/ 18% sobre el聽monto invertido debido a la combinaci贸n entre compras nacionales (gravadas al 21%) y algunas importaciones de bienes de capital gravadas en IVA al 10,5%. Es decir, los productores deben aportar en concepto de Impuesto al Valor Agregado entre U$S 1.360 y U$S 1800 de IVA por cada madre que incorporen a sus planteles. Al no haber mensualmente una posici贸n fiscal que permita recuperar el IVA pagado por las inversiones, los productores terminan tomado a este valor como costo, con su impacto聽negativo a nivel financiero.
Con la reforma聽tributaria del 2017 se puso en vigencia un r茅gimen para devolver ese IVA que surge de las inversiones. Pero la condici贸n que establece la normativa es que para que quede efectiva dicha devoluci贸n de IVA, la empresa deber谩 pagar – en los 60 meses subsiguientes a la devoluci贸n- un monto igual o mayor al del IVA restituido. Como se indicara anteriormente, luego de baja en la al铆cuota de IVA al 10,5% en la venta final de cerdos, la actividad no genera hoy pagos de IVA mensuales (posici贸n a favor del fisco) para cumplir esta condici贸n.
En consecuencia, la empresa聽podr铆a verse obligada a restituir al fisco lo recibido en concepto de devoluci贸n de IVA sobre las inversiones m谩s una tasa de inter茅s del 3% mensual. Existen grupos empresarios que por esta problem谩tica han paralizado sus proyectos de ampliaci贸n e incorporaci贸n de nuevas madres. Es un tema que demanda una urgente soluci贸n.
Por Julio Calzada, Federico Di Yenno y Carina Frattini para Super CAMPO.
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