La nueva planta de Villa Mercedes que procesará 200 mil lts/día con posibilidad de llegar a 500 mil.

Desde que arrancó allá por 2015 con su Plan Más Leche, Mastellone Hnos, con su marca La Serenísima, tiene como foco que se expanda la lechería. No sólo en productividad por tambo que está en actividad, sino sumando nuevas cuencas lecheras. Y aquí se encuadra el trabajo con la nueva planta de leche fluida ultrapasteurizada que en septiembre arranca con las pruebas piloto para comenzar a procesar leche y que llevó una inversión de 10 millones de dólares (8,5 para la planta y 1,5 para el sistema de efluentes).

La firma apunta a procesar 1,3 millones de litros de leche por semana con el objetivo de abastecer Córdoba, Mendoza, Neuquén, Río Cuarto, San Juan y Tucumán. “Esta planta nos permitirá tener mayor competitividad para procesar y distribuir leche en la zona”, indicó el Ing. Fernando Storni, Director de Compra de Materia Prima Láctea de La Serenísima, un histórico del sector con gran “expertisse’ en el tema. Justamente porque conoce, no le sorprende que San Luis se abra como una nueva cuenca lechera. “Tiene muy buena calidad de agua, excelente clima para la sanidad de las vacas y todavía quedan campos interesantes”, indicó.

Por otro lado explicó que uno de los grandes temas en los que viene trabajando el Plan Mas Leche está relacionado con la productividad, por eso acompañan a los productores con bonificaciones del 30% en las dosis de semen sexado, 20% en incorporación de tecnología, financian la compra de insumos como semillas y fertilizantes, entre otras herramientas para empujar la mejora de los tambos que, según el necesitan mejorar su rentabilidad para que la lechería pueda crecer. “Hoy la firma recibe leche de 700 tambos, pero llegamos a recibir de 5000 tambos. Igual totalizaban 1,5 millón de litros y hoy con 700 tambos tenemos 3,5 millones de litros/día. Se ha concentrado la producción con tambos más grandes”, indicó. Además indicó que, de la misma manera que el fenómeno de la concentración le pegó a la producción lo hizo con la industria. “La firma tuvo que desprenderse de muchos negocios y de varias plantas para mantenerse. La crisis fue para todos”,  dijo. Y el problema se relaciona con el estancamiento.

“Argentina tiene la producción de leche estancada desde hace varios años en 10.000 millones de litros y no crece, mientras países vecinos como Brasil (40.000 millones de litros) han logrado muy buenos saltos”, explica Storni, Y para este estancamiento han confluido, según su visión, varios factores: “En parte, la ineficiencia que tuvimos mucho tiempo en la industria, la ineficiencia del productor, los precios máximos que tuvo la leche históricamente en la Argentina y los gobiernos que prohibieron la exportación, entre otras cosas”, explica. “Un tema en el que hay que hacer un gran cambio y espero que este gobierno trabaje más, es en bajar el costo argentino. Nuestros costos internos son muy altos, los fletes, la logística. Cada producto lácteo que está en góndola tiene alrededor de 21% de costo logístico y así es imposible avanzar”.

Respecto al consumo interno y la exportación indicó que 8.000 mil millones de litros se consumen en el país pero hay un importante margen de crecimiento. “Con buenas políticas, precios internacionales que no pasen de los tres mil y picos dólares, podemos crecer muchísimo. Y no sólo para exportar. Consumimos 200 lts/hab/año pero eso no es parejo, Tucumán consume 50 litros. Si crece el país también debería crecer el consumo interno”, dijo. «En 1977 , el promedio del país eran 900 litros por cada hectárea de productividad. Hoy el promedio país es 7500 litros por hectárea pero sigue siendo baja. Hay tambos con 24.000 litros/ha/año. La posibilidad de crecimiento es inmensa. Deberíamos alimentar la lechería del mundo. Tenemos la obligación de crecer”.