En un encuentro organizado por la Asociación Fertilizar, se analizó el impacto de la nutrición del cultivo para aumentar rendimiento y, con éste, la calidad en función del porcentaje de proteína. Según Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar, ¨las relaciones insumo producto son muy buenas y favorecen en la apuesta a la fertilización. Luego de un período de retracción de uso de fertilizante, se corrigió la dosis de trigo hasta alcanzar los mismos niveles que hace diez años. Estos valores son insuficientes porque tenemos suelos más desgastados y tenemos otra genética para alimentar, si lo dejamos a mitad de camino tenemos más rendimiento y poca proteína por poco nitrógeno. Un buen manejo de nitrógeno nos acerca al objetivo de rendimiento de trigo y calidad”.
Según Bassi, los buenos rendimientos en trigo se han generado por un cambio genético importante, y deben ser acompañados con la fertilización ¨Hay que leer qué pasa con el clima, fraccionar la dosis y en otros casos fertilización foliar para que tenga impacto en el contenido de proteína. Hay que dejar claro que en las variedades de alto potencial es difícil levantar el porcentaje de proteínas. En dosis altas hay que ser más cuidadoso en el manejo y aumentar las aplicaciones, por eso no dudaría en hacer dos aplicaciones de nitrógeno. Éste mejora rendimiento y proteína pero no es una llave comprada porque las lluvias pueden lavarlo. En la medida que vamos incorporando el nitrógeno va mejorando el rendimiento y entrando la proteína en niveles aceptables para la exportación, que empiezan a aparecer a partir de los 150 kg de nitrógeno”.
Bassi aclaró que el aumento de la dosis de fertilizante debe hacerse con responsabilidad para que no tenga un impacto negativo en el ambiente. En el encuentro compartió su experiencia John Cameron, quien lleva adelante un establecimiento en, partido de Lobería a 20 km del puerto de Necochea, en pleno Sudeste bonaerense, compuesto por 2.200 has propias y otras 1.400 alquiladas.
Cameron comentó a SuperCAMPO que “esta campaña la voy a encarar con buena onda, hay muy buenos precios, el perfil en esa zona está bien de agua, no recibió lo peor de la sequía, estuvo lloviendo en abril y está todo dado para que la fina se encare con ganas, por lo menos”.
La estrategia de fertilización comienza con un análisis de suelo previo a la fertilización. Siempre aplica una base de fósforo de 80 – 100 kilos de fosfato monoamónico en cualquiera de los dos cultivos. “En trigos de genética europea es difícil fertilizar de más, siempre hay respuesta en kilos y en proteína, mientras que en cebada no debemos fertilizar de más porque hay peligro de vuelco y la penalidad de proteínas demasiado altas en cebadas cerveceras”.
Por Luis Machado para Super CAMPO.
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