Zanahoria orgánica. FOTO: Sabe la Tierra.

La zanahoria es un vegetal que siempre se asocia al cuidado de la vista y a una piel saludable, pero además de esas virtudes, posee muchos beneficios nutricionales para nuestro cuerpo.

Las zanahorias son muy ricas en fibra, ácido fólico, potasio, calcio, magnesio y vitamina C, destacándose su gran aporte de vitamina A (beneficiosa para la salud ocular) y betacarotenos, un poderoso antioxidante que nos ayuda a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento celular.

Al ser una buena fuente de fibra, son siempre recomendadas a la hora de la recuperación luego de haber padecido alguna dolencia gástrica o intestinal. Suavizan los efectos de la gastritis y de la acidez estomacal y permiten recuperar el tránsito intestinal normal de una forma natural y amigable con nuestro cuerpo.

Un dato curioso para aprovechar al máximo sus nutrientes es consumirlas en combinación con algún aceite orgánico (preferentemente de primera presión en frío) o con paltas, que poseen ácidos grasos de buena calidad, ya que las grasas buenas ayudan a la absorción de los betacarotenos.

Podemos encontrarlas de color amarillo, naranja, verde, rojo o violeta, pero siempre mantendrá sus propiedades nutricionales independientemente del color de su raiz.

La zanahoria es un vegetal muy versátil que podemos consumir completo, tanto sus hojas verdes como la zanahoria en sí. Las hojas pueden incluirse en rellenos de tartas y empanadas; asarlas al horno con un poquito de oliva, sal marina y pimienta; hacer licuados o sopas. La raíz, en tanto, puede comerse cruda, en rodajitas o ensaladas, cocida al vapor o hervida, asada, a la plancha o al horno, como parte de un rico tuco, una tarta, en sopas, purés, recetas dulces y aderezos o mayonesas.

FUENTE: Mariana Bisso de Cocina Mona exclusivo para Sabe la Tierra.