La posibilidad de recibir nuevamente fuertes lluvias durante el fin de semana en las zonas anegadas en el sur de Santa Fe y norte bonaerense plantea el temor a que se produzcan «cuantiosas» pérdidas para la campaña gruesa en la región, según admitieron especialistas.
Gustavo Ferraris, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario (INTA) de Pergamino, confió que en las zonas anegadas «preocupa la posibilitad de recibir nuevas lluvias durante el fin de semana: ahora los suelos, por caso en Pergamino y en la región, están saturados y no hay capacidad para recibir lluvias grandes».
El especialista del INTA en cuestiones de fertilización y cultivos indicó que «el pronostico para los cultivos gruesos, como soja o maíz, implantados en la zona núcleo va a depender del clima de acá a una semana: con lluvias grandes en la misma zona, las pérdidas pueden ser cuantiosas». «Si las precipitaciones son pequeñas -agregó-, la situación se podría sobrellevar».
Más allá de esto, los datos preliminares arrojan pérdidas similares a las registradas a comienzos del 2016 cuando se produjeron intensas tormentas que se concentraron en la zona núcleo de enero a abril.
Esta es la perspectiva agrícola que ofrece una extensa franja de campos que se extiende desde Laboulaye (en Córdoba), pasando por Venado Tuerto (en Santa Fe) y Pergamino y Ramallo (en provincia de Buenos Aires), donde el fin de semana cayeron entre 200 y 300 milímetros en pocas horas, hecho que anegó campos, núcleos urbanos y hasta bloqueó el tránsito en rutas y caminos rurales.
Según explicó Ferraris, «las lluvias fueron muy intensas frente a una campaña agrícola que venía a ser seca con perfiles en los suelos que estaban casi descargados y con capacidad para resistir una lluvia importante». «Pero las tormentas fueron muy intensas, de hasta 300 milímetros en 26 horas. Hoy ha escurrido mucha agua a los bajos o cañadas y arroyos, y los campos con pendiente han logrado escurrir y drenar bien hasta posiciones más bajas, que hoy sufren encharcamiento», agregó.
Consultado sobre el impacto de la lluvia sobre los granos que están siendo cultivados, Ferraris comentó: «El grado de daño depende del cultivo; en el maíz será mucho menos, atento al tamaño de la planta y a la resistencia al agua. En soja de primera, que está en floración, puede resistir de tres a cuatro días de encharcamiento, así que las pérdidas se van a restringir a los bajos».
«En cuanto a la soja de segunda, recién implantada, resiste menos la inundación y es probable que deba ser resembrada. Sin duda la situación en general es de pérdida y debería estar en niveles similares a los del 2015″, comentó, al tiempo que acotó: «Nos preocupan por ello las nuevas lluvias pronosticadas para el fin de semana».
FUENTE: DyN
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