En un comunicado reciente, Confederaciones Rurales Argentinas acusan a Monsanto de realizar actos de «bioterrorismo» al disponer presuntamente la quema o destrucción de las semillas de soja Xtend, la nueva tecnología de soja resistente al herbicida Round Up Ready y a Dicamba, que proyectaba lanzar esta próxima campaña de granos gruesos.

«La amenaza de la compañía Monsanto de quemar miles de hectáreas y toneladas de la nueva soja transgénica coloca a la empresa en la apología del delito de bioterrorismo. Llevar adelante la destrucción de un grano que además de su uso como semilla puede servir de alimento, evitando su uso como simiente, y hacerlo de una forma deliberada y estratégica constituye por la magnitud del alcance, y de quien lo realiza un flagrante acto de bioterrorismo», indicaron.

Además, CRA recomendó a los productores a evitar comprar semillas de la multinacional «CRA recomienda una vez más, dada la agresión que inescrupulosamente hace la empresa provocando no solo daños económicos sino también ambientales, no sembrar ningún cultivo con semilla Monsanto, ni de soja, ni de maíz, lease Dekalb, ni de ninguna otra especie, a fin de evitar daños mayores», dijeron.

Mientras tanto, del lado oficial, el Ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, en una entrevista con LA NACION, manifestó que los ejecutivos de Monsanto «creen que están por encima del Estado y por encima del presidente Macri«. El ministro reconoció que la firma tiene derecho a cobrar por la tecnología, pero aclaró que el Gobierno está «en desacuerdo en cómo se pretende llevar adelante» y que «no va a dejar que manejen el comercio de granos» con sus controles compulsivos en puertos y acopios.

Mientras tanto, los problemas en la comercialización de la soja que ya se cosechó y la que sigue entrando en los puertos sigue con problemas.