El gobierno nacional anticipó que en la actual campaña sojera sólo un 20% de los granos sembrados corresponden a semillas certificadas o legales, algo que no sucede con el maíz y que dificulta la posibilidad de contar con un mercado «sano y legal» que estimule la inversión tecnológica que demanda el sector.
Así lo admitió el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Raimundo Lavignolle, quien remarcó que «el empleo de semillas en la siembra de maíz fiscalizado ronda el 98% del grano sembrado, en trigo es del 30% y en soja, es el 20%».
Estos datos, junto con un detallado informe realizado por el Instituto, le fueron remitidos al ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, para evaluar la situación de siembra que ofreció la presente campaña sojera. Allí, Lavignolle y su equipo señalan que «sólo un 20% de la semilla empleada en la actual campaña sojera corresponde a granos certificados y legales», tras la recopilación de las declaraciones juradas presentadas ante el Registro de Usuarios de Semillas de Soja, requerido por el Inase a través de la resolución 187 del 17 de junio de 2015.
En rueda de prensa, el titular del organismo recordó que «quien estaba obligado a declarar» el uso de semillas de soja y «no envió la información, será sancionado», y adelantó la detección de casos de «incumplimiento de la Ley de Semillas (N° 20.247, de 1973) en materia de comercio, de guarda e intercambio de granos» con objeto de siembra.
Lavignolle explicó que el control realizado se centra sobre «un 25% de los productores más grandes (de soja), que producen entre el 70% y 80% de la producción nacional; el resto, un 70% de los productores, no estaban obligados» a cumplir con el requisito fiscalizador.
Asimismo, comentó: «En el tema de la biotecnología incorporada a la semilla, el problema que hoy tenemos en soja no es de biotecnología, de germoplasma o de propiedad intelectual; es un problema que se origina en que solo hoy el 20%, con suerte, de lo que se siembra es con semilla legal, cosa que no pasa en maíz, y allí buscamos saber qué es ese 80% que se utiliza» en la campaña sojera y que escapa al control.
Entre los futuros planes del Inase figuran utilizar el mismo esquema de control en la futura campaña de trigo y alfalfa para conocer cuál es el origen de la semilla empleada por el mercado agrícola, el cual ofrece una «gran informalidad», según admiten fuentes oficiales.
Para sortear la «desconfianza» que el relevamiento tuvo entre los productores, las autoridades de contralor del uso de semillas optaron por organizar charlas explicativas en exposiciones rurales y también a través de la convocatoria que realizaron las distintas organizaciones rurales.
Desde el ámbito oficial reconocen múltiples prácticas que crean el clima propicio para que se expanda la informalidad en el mercado de las semillas, a cuenta del la existencia de sistemas asociativos entre productores, dueños de campos y proveedores de insumos y maquinaria, donde la moneda de cambio son justamente los granos, que son repartidos al finalizar la cosecha.
Por ello, de acuerdo al Inase un tenedor de granos bien podría estar encuadrado dentro de la Ley de Semillas sin haber sembrado, con casos como el contrato por aparcería, que exhibe múltiples combinaciones comerciales.
FUENTE: DyN
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