La utilización de nuevas variedades de trigo, con mayor potencial de rendimiento, mayor adaptación a condiciones ambientales y mejor comportamiento frente a enfermedades, permite nuevas posibilidades para lograr una producción más competitiva. Para alcanzar estos niveles de rendimiento se requiere una nutrición adecuada y es entonces donde resulta clave la aplicación de tecnología.
El cultivo de trigo presenta una elevada respuesta a la nutrición. Por este motivo, habitualmente se realiza un ajuste balanceado del nivel de nitrógeno, fósforo y azufre con una alta eficiencia en el uso de estos elementos. La aplicación de microelementos, ya sea por vía foliar o a la semilla, también está cobrando notoriedad, ya que cubre carencias nutricionales mejorando la estabilidad y estado fisiológico del cultivo, siendo el Zinc el que mayor crecimiento ha tenido en los últimos años.
Existen, además, prácticas complementarias, como la inoculación de bacterias promotoras del crecimiento vegetal que buscan la intensificación del cultivo y tienen la ventaja adicional de ser inocuas y de nula toxicidad ambiental.
Durante la campaña 2015, Nitrasoil Argentina evaluó a campo diferentes tratamientos de intensificación, que incluyeron la incorporación de bacterias promotoras del crecimiento vegetal (Azospirillum brasilense y Bacillus subtilis) y micronutrientes de aplicación a la semilla.
La inoculación con bacterias PGPR, ya sea en condiciones de riego o secano, incrementó el rendimiento del cultivo en promedio un 15 por ciento.
Este ensayo, conducido por el ingeniero agrónomo Pablo Solfanelli en la zona de Jesús María, Córdoba, tuvo como objetivo principal evaluar la respuesta del cultivo de trigo a la aplicación de Azospirillum y Bacillus inoculados en conjunto o por separado. Los resultados obtenidos mostraron una respuesta estable a la tecnología de inoculación, con aumentos de rendimiento promedio de 460 Kg/ha en secano y 350 Kg/Ha en riego, destacándose la influencia positiva de Bacillus subtilis sobre la calidad del grano (porcentaje de gluten y PH).
Estos mismos tratamientos fueron evaluados por el ingeniero Gustavo Ferraris de INTA Pergamino durante la campaña 2014, obteniendo resultados similares, que alcanzaron un aumento de rendimiento máximo de 714 Kg/Ha sobre el testigo cuando se aplicaron de manera conjunta Graminosoil-L y Promotor BS, los productos comerciales de Nitrasoil formulados con Azospirillum y Bacillus, respectivamente.
Durante la campaña 2015, nuevamente junto a INTA Pergamino se evaluó la incorporación de estas tecnologías y se incluyó además de las bacterias PGPR, micronutrientes de aplicación a la semilla (Zn, B, Mn, Mg, Fe), estudiándose la interacción con la fertilización tradicional y la inoculación. Los resultados son contundentes a favor de la tecnología; el efecto aditivo al combinar estas estrategias de nutrición se mantiene estable en los diferentes niveles de fertilización, alcanzando un máximo incremento de rendimiento respecto al testigo fertilizado de 1184 Kg/Ha.
En conclusión, es posible llevar adelante estrategias exitosas de intensificación más allá del manejo tradicional de fertilización y protección del cultivo, con significativos aumentos de rendimiento y un nivel de inversión por hectárea muy bajo en comparación con otras tecnologías.
Emilia Monteleone
Microbióloga – Nitrasoil Argentina
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