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19/11/2015

Ni gradualismo, ni shock: la economía que se viene

Sólo una devaluación del peso no soluciona los problemas por los que atraviesa el campo. Se requiere un programa económico más completo. Por Carlos Boyadjián.

A poco menos de 30 días de la asunción del nuevo presidente, está claro que ya no hay margen para seguir tirando de la soga y sostener las políticas económicas que llevaron a cuatro años consecutivos de crecimiento económico nulo o negativo. El denominador común parece ser el creciente déficit fiscal, la inflación sostenida desde hace ocho años por encima del 20% -con picos de hasta 38% anual en 2014-, el uso del tipo de cambio como ancla antiinflacionaria, que derivó en una ostensible apreciación del peso y pérdida de competitividad cambiaria para exportar. A esto hay que agregar un entramado tributario que elevó la presión impositiva a niveles cercanos al 40% del PBI, con derechos de exportación vigentes desde 2002, pese a que la situación de los mercados afectados nada tiene que ver con aquellos lejanos años post Convertibilidad.

Recientemente, la Sociedad Rural Argentina afirmó en un comunicado que “la política agropecuaria y económica aplicada durante los últimos 12 años llevó al campo a una situación crítica” y expuso los números del sector. Más de 95 mil productores agropecuarios (un tercio del total) dejaron la actividad desde 2002, a partir de 2003 desapareció un tambo por día, y por cuarto año consecutivo este año caerá la siembra de todos los cultivos.

Además, desde 2005 cerraron 138 frigoríficos y la Argentina pasó del 3° al 14° puesto en el ranking mundial de exportadores de carnes, todas las economías regionales están con problemas, con pérdida de competitividad e ingresos que no logran cubrir los costos. Y la lista podría seguir…

En este contexto, es claro que algo debe pasar y todas las miradas apuntan al nuevo gobierno que asumirá el 10 de diciembre, que deberá instrumentar las medidas correctivas. La discusión excede a la adopción de cambios graduales o políticas de shock que se adueñaron de parte del debate electoral.

¿Gradualismo o shock?, le preguntó SuperCAMPO a Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport y ex viceministro de Economía. “Depende de lo que encuentre en el Banco Central el que llegue”, se sincera Todesca. “De acá a fin de año estimamos que las reservas líquidas disponibles estarán en u$s17.000 millones y con reservas en este nivel no hay mucho margen para el gradualismo”, pronostica. No obstante, advierte que “se necesita un programa económico muy completo porque los desequilibrios son múltiples, no puede haber medidas aisladas”.

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