Según datos del Senasa correspondientes a marzo de 2015, la Argentina presenta un total de 65.000 establecimientos porcinos –entre pequeños, medianos y grandes– que, en general, destinan su producción de carne para consumo y fabricación de elaborados.
Con más del 70 % de los cerdos del país, la producción nacional se concentra en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. No obstante, el Veterinario Jorge Brunori del INTA Marcos Juárez destacó la expansión del sector: “Las regiones del NEA y del NOA han crecido a un ritmo sostenido así como otras áreas no tradicionales como Cuyo y Patagonia, donde la cría de cerdos mostró un incremento constante en número de productores y stock”.
De acuerdo con el técnico, “los factores que movilizaron el crecimiento del sector porcino fueron el aumento del consumo de carne de cerdo –sobre todo, en fresco– que alcanzó el 164 % en los últimos 20 años, y la adopción de tecnología”.
En este sentido, aseguró que la mayor parte de los cambios tecnológicos se registraron en los estratos más grandes, por lo cual insistió en la importancia del asociativismo como estrategia para incentivar la competitividad de pequeños y medianos criadores.
El país se autoabastece
“Aumentó la faena, disminuyeron las importaciones y la Argentina logró, prácticamente, el autoabastecimiento de productos porcinos”, sintetizó el técnico del INTA, para dar cuenta del potencial del sector porcino en el futuro cercano.
Según estimaciones del Ministerio de Agricultura de la Nación, en 2014 el país compró 8.929 toneladas de carne porcina en el exterior, con relación a las 48.080 adquiridas en 2010. Brasil y Chile, los principales países importadores.
Por último, Brunori explicó que este logro se debe, sobre todo, a los cambios en los parámetros de consumo que llevaron a la demanda prevalente de carne en fresco, así como al aporte de la política dirigida a proteger la producción nacional.
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