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Huertas y jardines

13/09/2019

La huerta de septiembre

El espacio verde productivo comienza a requerir más trabajos. Qué especies conviene ir teniendo en mente para el arranque de la primavera y cómo mantener las plagas a raya.
De la huerta en primavera podemos obtener berenjenas, tomates, zapallo, calabazas, pepinos, sandías y batatas.

Fin del invierno, inicio de la primavera. El aumento de las horas de luz solar beneficia el desarrollo de hortalizas y las de frutos en particular. Sin embargo, sólo cuando las temperaturas promedio sobrepasen los 18 °C y la temperatura del suelo alcance los 15°C, se definirá el inicio de la primavera y será el momento del trasplante a cielo abierto de las hortalizas de fruto sensibles al frío, entre ellas tomate, pimiento, berenjena, calabaza, zapallo, pepino, sandía, melón, zapallito de tronco, batata, y entre las de hoja, la albahaca.

Mientras tanto, implementar la estrategia de la siembra en almácigo protegido nos permitirá adelantar el crecimiento y contar con plantines de 4 a 5 hojas verdaderas para trasplantar cuando se den las condiciones antes señaladas.

Asociaciones ganadoras. Los primeros calorcitos, además de activar el desarrollo de la vegetación promoverán la multiplicación de los insectos. Una buena práctica agroecológica para evitar plagas, es la asociación de hortalizas con especies aromáticas y flores. Así, asociar tomate con albahaca evitará que las chinches ataquen a este cultivo, aunque además, si se intercala en la fila flores copetes (tagetes minuta) evitará que la arañuela roja y otros ácaros se instalen en el tomate. El tagete oficiará de planta trampa, atrayéndolos.

Dos plaga clave de la lechuga son los pulgones y trips. Asociando lechuga con caléndulas, estas atraerán a los pulgones y evitaran el daño a la lechuga; y si además intercalamos alisos crearemos el ambiente preferido para las chinches predadoras que se alimentan de trips y mantendremos a raya las poblaciones de esta plaga.

Asociar romero con zanahoria, evitará el daño de la mosca de la zanahoria. Asociar salvia con repollo, confundirá a la oruga del repollo y evitará esta plaga.

El pimiento, muy atacado por pulgones, asociado con plantas de menta en la fila, evitará que estos insectos lleguen al pimiento y provoquen lo tan temido: la trasmisión de virus.

Utilizar taco de reina como cubre suelos en el cultivo de berenjena, evitará que las moscas blancas las colonicen y desvasten. Es importante ubicar las aromáticas y las flores en la cabecera del cantero, al inicio de la fila en el sentido de los vientos predominantes para intensificar la acción de repelencia.

Otra práctica beneficiosa para intensificar la diversidad en la huerta es dejar florecer perejil, coriandro, hinojo, zanahoria, eneldo y apio (especies Umbelíferas o Apiáceas), que cultivamos durante el invierno, no sólo nos proveerán de semillas, sino que brindaran el hábitat para acoger vaquitas predadoras, moscas sirfidas y avispitas benéficas importantes enemigos naturales de las plagas de las hortalizas.

Se viene la plaga. En cuanto a combatir a los insectos perjudiciales, ese tan temido intruso, un punto a tener en cuenta es asociar las plantas: juntar las de distintas especies como flores, aromáticas y medicinales para crear un ambiente confuso para las plagas.

Eso debe sumarse a la rotación que consiste en alternar las especies y familias de plantas que se cultivan y así disminuir la presencia de plagas y enfermedades, además de cuidar la fertilidad del suelo. Para combatirlas los especialistas en huertas del recomiendan realizar preparados caseros como el purín de ortigas que es preventivo del ataque de los insectos.

Cómo preparar remedios caseros. Dejar macerar en un recipiente no metálico 100 gramos de ortiga en 10 litros de agua durante 2 días y utilizar el producto para pulverizar.

El alcohol de ajo con 6 dientes de ajo en medio litro de alcohol fino más medio litro de agua, se tritura o licúa 3 minutos, se lo cuela y se lo guarda en un frasco tapado en la heladera es clave para ácaros, pulgones y gusanos.

También puede utilizarse la ceniza de madera que contiene potasio que hace a las plantas más resistentes a los ataque de insectos: espolvorear sobre las hojas o aplicar diluido media taza de ceniza más media taza de cal en 4 litros de agua; para babosas y caracoles enterrar al ras del suelo una latita tipo paté llena de cerveza; para hormigas agregar 300 gramos de flores de lavanda a 1 litro de agua hirviendo, dejar reposar y aplicar sobre las plantas atacadas; y para repeler pulgones macerar 200 gramos de ruda en 1 litro de agua y atomizar sobre las plantas infestadas.

Por Ing. Agr. Mónica Filippi, Técnica de la Agencia De Extensión Rural INTA Chivilcoy – Pro Huerta, para Super CAMPO.

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