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Actualidad

15/06/2019

Cómo será el clima para el próximo trimestre

El Ing. Agr. Carlos Di Bella analiza en su informe para S4 algunas preguntas que el productor debe hacerse para potenciar el uso de herramientas climáticas.
Cada nueva campaña agrícola plantea nuevos interrogantes para los productores que necesitan planificar sus acciones.

Cada año, cada campaña agrícola y cada período crítico los productores agropecuarios enfrentan la incertidumbre del clima. Sobre todo, aquella que se asocia a la enorme variabilidad interanual que existe hoy en día en relación a la de las lluvias: su distribución espacial y temporal o su intensidad.

A modo de ejemplo, en Chaco, desde octubre del año pasado hasta la fecha, las lluvias superaron ampliamente la media histórica e incluso a los registros máximos históricos. Los excesos de agua en superficie impactan significativamente sobre una importante porción productiva de la provincia. Pero, en mayo 2018 en la misma provincia 7 departamentos eran declarados dentro de la emergencia agropecuaria por sequía, con pérdidas devastadoras en el sector agropecuario.

En este contexto de alta volatilidad climática, los pronósticos
resultan una herramienta de diagnóstico y planificación imprescindibles. Satélites de observación de la tierra, modelos de circulación de la atmósfera, big data, machine learning, entre otros, son algunas de las herramientas que se utilizan.

En este contexto, el fenómeno “El Niño” juega un rol importante en los pronósticos actuales del clima a mediano y largo plazo, sobre todo para la predicción de lluvias y temperaturas de nuestro país que tanto impacto tienen sobre la producción agropecuaria.

A pesar de contar con todas las herramientas de pronóstico es muy difícil poder predecir de manera anticipada y confiable. Hay momentos del año donde las predicciones son menos confiables, incluso a pesar de la confiabilidad en la ocurrencia del evento. Su impacto en las lluvias es muy variable a nivel espacial y temporal.

Al respecto, la profesora adjunta de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la facultad de Agronomía de la UBA María Elena Fernández Long, opinó: “El fenómeno de “El Niño-Oscilación del Sur” (ENOS) es, hasta hoy, uno de los eventos meteorológicos con mayor impacto en la variabilidad interanual del clima. Por esto la comunidad científica se ha abocado a su estudio y, hoy en día, es posible pronosticarlo con varios meses de anticipación y con un muy buen grado de acierto. Sin embargo, a la hora de analizar su impacto sobre la agricultura de la región pampeana, se ha observado que sólo es aplicable para algunas zonas y para algunos cultivos. Esto es debido a que el ENOS tiene un impacto heterogéneo sobre la región pampeana, no solo en forma espacial sino también temporalmente.”

Por otra parte indicó: “El ENOS es el modo de variabilidad climática con mayor impacto en las precipitaciones de la región pampeana”. Sin embargo, a la hora de ver su impacto sobre los cultivos, la respuesta es, en muchos casos, débil o nula. Pero, existen otros índices que permiten analizar el estado de agua del suelo y que brindan información sobre el rendimiento regional de los cultivos. En este sentido, la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) desarrolló un modelo de Balance Hidrológico Operativo para el Agro (BHOA) del cual se desprende un índice de estrés hídrico que permite estimar el rendimiento de los cultivos a escala regional.

Según el International Research Institute for Climate and Society (IRI-Columbia University– USA), la mayor parte de los modelos de pronóstico arrojan como resultado la continuidad de un evento “El Niño” débil hacia fines de 2019. En el mismo informe se concluye que existe alrededor de un 70% de chances de ocurrencia de un evento “El Niño” para el trimestre junio-agosto y una disminución a valores de 55-60% para el trimestre septiembre-noviembre.

Al trasladar estos pronósticos a las distintas regiones, según un informe del Servicio Meteorológico Nacional, las mayores chances de precipitación por encima de lo normal se pronostican para el centro este, NEA y norte. A través de otros centros de pronóstico, por ejemplo el IRI o NOAA, la situación es similar.

PRONOSTICO REGIONAL. Tips para considerar el ENOS por cultivo:

MAÍZ: En la región centrada en la provincia de Entre Ríos, el ENOS es un muy buen indicador de los rendimientos. Ya desde el mes de septiembre comienza a tener una respuesta significativa. En La Pampa, recién a partir del mes de noviembre comienza a ser este evento indicador del resultado de los rendimientos. Sin embargo, no nos dice absolutamente nada en el sureste de la provincia de Buenos Aires.

SOJA: Al igual que con el maíz, para este cultivo el ENOS posee respuestas muy heterogéneas, y además, mucho más débiles. En la provincia de Córdoba, la respuesta del ENOS sobre el cultivo de soja es clara y durante casi todo el ciclo del cultivo. En el resto de la región pampeana la respuesta es débil o nula.

GIRASOL: La respuesta del ENOS sobre el girasol es inversa y significativa solo en la provincia de Entre Ríos.

TRIGO: Para este cultivo, el ENOS no sirve como herramienta de pronóstico en ninguna zona de la región pampeana.

Por Ing. Agr. Carlos Di Bella para Super CAMPO.

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