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Actualidad

10/11/2018

La capacidad ociosa de la industria sojera es del 45%

Según Ricardo Passero, director de Commodities de la corredora INTL FCStone, la disputa entre China y Estados Unidos tiene efectos negativos sobre la producción local de harina de soja.
ESCEPTICO. Ricardo Passero considera que no habrá una modificación de la disputa entre China y los EEUU en la cumbre del G-20.

Ricardo Passero, Director en Argentina del área de Commodities de la corredora INTL FCStone, conversó con PERFIL acerca de las consecuencias que tiene la disputa comercial entre los Estados Unidos y China, donde este último impuso un arancel del 28% a la soja norteamericana.

—¿Cómo nos impacta la medida tomada por los chinos?
—Esto tiene un impacto fenomenal sobre el complejo oleaginoso y no solo sobre el nuestro, también hay una disrupción en la oferta y demanda en todo lo que tiene que ver con los mercados mundiales. Si China no compra soja en los Estados Unidos, esa demanda de porotos soja va sobre los puertos de Brasil y Argentina. Eso hizo apreciar las primas en los puertos brasileños y en los nuestros. Brasil comenzó a exportar una gran cantidad de soja a China y la Argentina, con una campaña muy reducida, no pudo aprovechar ese efecto.

—¿De qué manera afecta al complejo industrial oleaginoso?
—En estos momentos, la exportación puede pagar 27 dólares por encima de lo que puede pagar la industria y es un fenómeno no visto en Argentina. Entonces la industria tiene mayor capacidad ociosa.
El impacto desde el punto de vista macroeconómico es aún mayor, teniendo en cuenta que el principal producto de exportación es la harina de soja. Si cualquier país puede comprar soja muy barata de Estados Unidos y la muele tiene márgenes de molienda fenomenales. Si cualquier país del planeta o los países productores muelen mucha más soja porque el número cierra, habrá una sobreoferta de harina y aceite, y eso complicará la posibilidad de vender en cantidad y precio del principal producto que exporta
la Argentina. Es un escenario donde no sabemos dónde terminará.

—¿Hay capacidad ociosa en la industria local?
—Hoy tenemos una capacidad ociosa entre el 30% y 45% que seguirá creciendo y no es un tema menor en Argentina. No tenemos oferta de materia prima, estamos trayendo soja de 4,2 millones de toneladas y 1 millón de Estados Unidos después de 10 años.

—¿Qué papel puede jugar el gobierno argentino para preservar la exportación?
—Poroto aceite, harina y biocombustibles son 27 mil millones de dólares en materia de exportación para un país que necesita generar divisas. El principal es la harina y si habrá una sobreoferta tendremos menos posibilidad de exportarla y a menor precio. Si esto es así hay que pensar qué necesita la industria, y no es para recostarse bajo el ala del Estado, sino para generar estratégicamente una idea a nivel macro para preservar esa ventaja desde una posición exportadora de liderazgo que consiguió la Argentina. En ese sentido, con las retenciones se están priorizando cuestiones fiscales frente a la necesidad de generar una dinámica de comercio distinta.

—¿Hay posibilidades de que se revierta esta situación en la cumbre del G-20?
— Si en el G20 no se logra diálogo o acuerdo entre Estados Unidos y China, pasarán dos largos años hasta que este problema pueda solucionarse y esto está vinculado con el mandato de Trump y que venga otro que abra nuevamente el juego. Más allá de una prédica de multilateralismo, hay dos economías donde una que quiere tener supremacía sobre la otra en base al proteccionismo.

APUNTES DE CAMPAÑA. En cuanto a la actual campaña agrícola Ricardo Passero consideró que en trigo “puede ser un buen año para la Argentina, a pesar de algunos recortes por eventos climáticos. Puede haber una producción de 19,7 millones de toneladas, con probablemente un saldo exportable más alto de lo previsto por una mayor demanda de Brasil porque tiene una afectación climática en los estados de Parana y Rio Grande do Sul”. Además, agregó que hay una inesperada demanda del Sudeste Asiático que tradicionalmente compra trigo de Australia y Rusia, que no producirán trigo en cantidad y calidad. “El problema del mercado de trigo, empieza a haber una competencia muy despareja entre exportación y molinería, ya que ésta se encuentra complicada desde el punto de vista financiero. En el trigo se puede tener una muy buena campaña si el clima acompaña”, señaló el especialista.

En cuanto al maíz, Passero indicó que “el stock mundial es uno de los más bajos en los últimos años”. Sin embargo, estimó la actualidad del complejo de la soja no es menor, ya que el agricultor norteamericano tendrá deberá tomar una decisión sobre qué sembrará, ya que ahora la soja no se vende a China “y ahora depende de un subsidio del Gobierno de 60 dólares la tonelada o lo que demande la industria interna, entonces probablemente haya más área de maíz y menos de soja”, agregó el encargado de commodities de INTL FC Stone.

En soja “nos acercamos a un escenario donde no estamos acostumbrados. La Argentina produce 53 millones y hay un escenario de oferta y demanda que acomodará estos números donde hemos convivido. Me preocupa lo que pueda pasar con el complejo aceitero y potencialmente más por las empresas nacionales que las multinacionales, ya que éstas pueden renunciar a un margen acá porque lo puede compensar. La idea de crecer desde lo que puede generar el complejo y hoy tenemos una falta de entendimiento cabal entre lo que el complejo necesidad y lo que el gobierno está dispuesto a brindar”.

Por Luis Machado para Super CAMPO.

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