Está comprobado que así como los residuos orgánicos provenientes de los mataderos son fuentes de altos niveles de contaminación, también pueden someterse a un tratamiento responsable que los convierta en gas metano. En esa dirección, el director del Laboratorio de Química Ambiental (Labquiam), Francisco Vázquez, y la referente del Grupo de Energía Renovable (GER), Noemí Sogari -ambos organismos mesopotámicos-, trabajan en la caracterización de los parámetros físico-químicos de residuos orgánicos provenientes de frigoríficos de peces, con la intención de diseñar un sistema generador de biogás, informó el sitio Misiones Online.

Hasta el momento, se sabe que la digestión anaeróbica de los efluentes de los frigoríficos de peces, bajo condiciones controladas, podría ser aprovechada como un generadora de biocombustible que contribuya a paliar el consumo energético del propio establecimiento, disminuyendo además la contaminación ambiental.

Los especialistas hoy evalúan de los desechos de la industria pesquera el pH; los sólidos sedimentables, fijos, totales y volátiles; la demanda química de oxígeno; el ácido graso y la cantidad de biogas generado periódicamente en función de la temperatura; entre otros parámetros.

La degradación anaeróbica de la materia orgánica es un proceso que ocurre, espontáneamente, en la naturaleza. Forma parte del ciclo biológico. Los residuos orgánicos se degradan ante la carencia de oxígeno hasta el punto de gasificarse. La mezcla resultante es conocida como biogás.

Con el avance de la civilización, y ya entrado el siglo XXI, cada vez más organismos y empresas se preocupan por la cantidad excesiva de desechos orgánicos industriales que, ante la ausencia de un tratamiento adecuado -natural o artificial-, son volcados a ríos o arroyos, contaminándolos.

La producción de biogás por descomposición anaeróbica es una manera útil de tratar estos residuos, debido a que genera un combustible de valor. Asimismo, puede derivar en un acondicionador de suelo o en abono genérico.

La fermentación anaeróbica puede realizarse también en dispositivos especiales llamados biodigestores. Se trata de un reactor que acumula el gas metano, el elemento más importante del biogás. Cada biodigestor debe fabricarse de acuerdo a las características de la materia orgánica, y en eso se encuentra trabajando Sogari junto a integrantes del GER. Ellos se encargan de la ingeniería del reactor y del diseño de sus componentes: el sistema fermentador y el acumulador de gas metano.

Por su parte, Vázquez y su equipo están abocados a analizar la naturaleza de la materia orgánica que se degradará y la cantidad con la que se cuenta por día, que devendrá en los metros cúbicos de biogás por kilo de desechos disponibles. “Esta información será brindada por el doctor Vázquez, quien posee una dilatada experiencia en el tratamiento de efluentes”, explicó la doctora Sogari.