Por Dardo Lizarrága*
Alguien con una larga experiencia y mucho sentido común me dijo… “m’hijo, esto del COVID nos tiene amedrentados como sociedad. A mí me gusta descomponerlo al virus y sacar lo mejor de cada parte. Por eso me gusta pensar que estos tiempos de COVID son en realidad los tiempos del Co-Vi-D, tiempos de Coraje, de Virtudes, y de Desafíos”. A la luz de esta propuesta creativa, les comparto panorama del campo argentina, junto a algunas reflexiones y conclusiones.
El año 2020 nos trajo complejidades fuera de todo pronóstico, y afectó el tablero de la economía mundial, con una reducción de actividad entre el 10% y 15% según las estimaciones, pero como todo promedio es injusto con los extremos, algunas actividades tuvieron un freno casi total como el turismo, y otras que crecieron como por ejemplo farmacéutica y salud.
En el agro, nuestro campo argentino, ha tenido un impacto neutral porque como actividad esencial se mantuvo en funcionamiento desde el primer día, sin embargo las turbulencias de la economía global y local generaron sus olas también el sector.
Allá por el mes de abril y mayo, las precampañas de insumos y semillas anduvieron muy bien acompañadas por el pronóstico de aumento de área a sembrar para trigo y maíz. La suba de precios internacionales sostenida indicaba una relación insumo producto muy favorable para el productor, el tipo de cambio local que también incentivaba la toma de posición temprana asegurando el abastecimiento para la campaña, resultaron en una anticipación del mercado de aproximadamente un 30% durante el primer semestre, respecto a los años anteriores.
El entusiasmo comercial del segundo trimestre, y manteniendo un bajo perfil, se fue marchitando ante la falta de agua en muchas regiones del país, el trigo muy afectado, demorando la siembra de maíz de primera y ajustando los tratamientos de barbecho a su mínima expresión. La lluvia de esta última semana ha traído un poco de sosiego y calmado esa sed que genera la incertidumbre.
La campaña seguramente seguirá teniendo estos altibajos, los rindes de trigo muy inferiores a los esperado, más área de maíz tardío (de segunda), que si bien son más estables, tienen un rendimiento menor a los de primera, y con un pronóstico de verano Niña, estaremos llegando a fin de campaña con una cosecha cercana a los 130 millones de toneladas totales, algo inferior a los 137 millones de la anterior. A pesar del contexto nebuloso, la gente de campo seguirá trabajando, produciendo más alimentos e invirtiendo en el país, haciendo gala una campaña más de su intrépido CORAJE.
En DVA consolidamos un año de buenas expectativas y grandes objetivos. Fortalecimos la posición de mercado de nuestro producto estrella WEIZEN NT (microemulsión de 2.4D) con excelente performance, sin olor, y de la más baja volatilidad, ganando algunos puntos de mercado versus otras formulaciones alternativas. También lanzamos PREDECESSOR, la primera triple mezcla herbicida lista para usar en soja del mercado argentino, un producto para hacer simple los tratamientos complejos de malezas. La planta de formulación ubicada en el parque industrial de Pilar, ha apuntalado el camino de la excelencia operativa, alcanzando certificaciones internacionales de calidad y de sostenibilidad.
Para el año próximo, seguiremos aumentando la formulación local junto a más exportación, no solo en Sudamérica sino también abriendo destinos como México y Europa. Proyectamos un aumento del 50% interanual de la producción local, con mayor inversión de capital y abriendo más puestos de trabajo. Y además, esteremos lanzando dos nuevas líneas de negocios, la de adyuvantes y la de nutrición de cultivos, al mismo tiempo que seguimos fortaleciendo la alianza con Auravant por el uso de herramientas de agricultura digital. Creemos e invertimos en el desarrollo local, y desde aquí, abastecer también la exportación, al igual que la mayoría de nuestros socios estratégicos, y competidores, es ésta una de nuestras mayores VIRTUDES.
Todavía tenemos por delante un sinnúmero de incertidumbres y una preocupación genuina por la macroeconomía local y global, por la segunda ola de contagios en Europa y la ansiedad de la confirmación de una vacuna para el covid. En plano local son más las preguntas que certezas, como por ejemplo qué pasará con el tipo de cambio, y en el caso de los importadores de agro insumos, cuál será la disponibilidad de divisas para afrontar las necesidades de la próxima campaña.
Los hombres y mujeres del campo, las empresas, los inversores, las tecnológicas, las financieras, las educativas, todos los protagonistas de este motor socioeconómico nacional seguimos atentos y sin vacilar el curso de los acontecimientos, desde la paz y la tranquilidad, con la fortaleza para capear esta tormenta juntos y unidos. Todos deseamos tener un horizonte diáfano en cuanto a las normas de juego para ocuparnos de lo que sabemos hacer que es trabajar la tierra y producir alimentos, desarrollar tecnologías y aportar a la agricultura sostenible, para poder atravesar este escenario pandémico sin naufragar. Nuestra vocación es la de superarnos continuamente ante la adversidad e incertidumbre, con la calma de la integridad, superando todos los DESAFIOS.
Coraje, Virtudes y Desafíos, este es el verdadero Co-Vi-D del campo argentino.
*Gerente General de DVA Argentina
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