La administración de Francisco Pérez, gobernador de la provincia de Mendoza, busca modificar un artículo de la Ley Nacional de Impuestos Internos: quiere elevar de 8% a 28% el tributo sobre las bebidas analcohólicas, gaseosas o no, entre las que se encuentran las que se elaboran con azúcar, y reducirlo  de un 4% a un 2,8% para las que utilicen el derivado de la uva o la manzana.

Para que el proyecto avance en el Congreso Nacional, Pérez solicitó el apoyo -a través de sus diputados- de otras provincias vitivinícolas, entre las que se encuentran San Juan, La Rioja y Salta, informó La Gaceta.

Su intención es modificar el artículo 26 de la ley 24.674 de Impuestos Internos, con el fin de alcanzar una reducción del 90% para los preparados de jugos de frutas. Así, se marcaría una tasa diferencial del 1.000% entre ese 2,8% como objetivo, y el 28 por ciento.

La propuesta mendocina ya generó preocupación tanto en las cámaras azucareras de la provincia y nacionales como en Tucumán, donde el azúcar es uno de los cultivos más extendidos. Para las entidades empresariales, la medida afectaría directamente a la actividad, con pérdidas comeciales calculadas en unas 140 mil toneladas de azúcar, además de generar un «choque de intereses» político y económico entre las economías regionales.

En tanto, ni el Centro Azucarero Argentino (CAA), el Centro Azucarero Regional Tucumán (CART) ni el Centro Azucarero del Norte (Carna) se han pronunciado oficialmente al respecto. No obstante, se supo que se realizaron ya reuniones internas y se confirmó el envío de notas institucionales expresando el firme rechazo a la iniciativa mendocina.

Las cámaras de la industria azucarera explicaron que el proyecto de Pérez apunta a promover la sustitución del azúcar por el mosto de uva -jugo formado por la piel, la pulpa y las semillas de esa fruta-. En la Argentina se producen 200 mil toneladas de mosto, siendo Mendoza el principal polo de desarrollo de esta actividad productiva.

Para los industriales el azúcar, la intención del sector vitivinícola es «crear condiciones por medio de una ley para acceder a la plaza de las gaseosas, ante los problemas de colocación de la elaboración en los mercados interno y externo». «Está claro que mediante esta iniciativa, para el caso del mosto de uva, se pretende mejorar artificialmente la competitividad de un subproducto de una economía regional, la vitivinícola, a costas del principal producto de la economía regional del NOA: el azúcar», afirma uno de los textos que circulan por las oficinas gubernamentales.

En el país, la demanda interna de azúcar alcanzará en 2013 las 1,7 millones de toneladas. Un 40% de ese total está destinado a las góndolas en bolsas de un kilo, mientras que el resto se distribuirá para el consumo de industrias de golosinas y gaseosas, entre otras.

Si el proyecto mendocino de reforma es aprobado, se estima una caída del consumo debido al encarecimiento del producto final elaborado (la gaseosa, por ejemplo). Este descenso en la demanda implicaría 50 mil toneladas al año en bolsas de azúcar y la pérdida de cerca de 140 mil toneladas previstas para la agroindustria.

Por su parte, el gobierno tucumano ya estaría trabajando en la postura que tomará al respecto. Si bien aún no se ha oficializado ninguna posición, el ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Feijoó, sostuvo: «No vamos a apoyar ninguna iniciativa que vaya en contra de las economías regionales».