Científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) están llevando dos protocolos que incluyen a la ivermectina para la cura y prevención del coronavirus en el Hospital Doctor A. Eurnekian de Ezeiza.
El primer protocolo está a cargo de Héctor Carvallo, ex profesor adjunto de Medicina Interna de la UBA; Roberto Hirsch, ex profesor titular de Infectología de la UBA y actual director de la carrera de Médico Especialista en Infectología de la UBA y director del Departamento de HIV del Hospital Muñiz, los doctores Ciruzzi y Fajardi del Hospital Eurnekian de Ezeiza y la doctora Mirta Martín, profesora de Dermatología de la Universidad.
En este protocolo se suministra medicación para casos leves, moderados y graves. En los leves se da ivermectina en una dosis de 200 microgramos por kilo de peso y aspirina para prevenir la hipercoagulabilidad. En los casos moderados, la dosis de ivermectina es de 400 microgramos y, además de la aspirina, se le agrega dexametasona inyectable, un antiinflamatorio para prevenir la hiperinflamación en los pulmones.
En los casos graves, la dosis de ivermectina pasa a 600 microgramos, la aspirina se reemplaza por enoxaparina y se mantiene la dexametasona.
«Tanto la ivermectina, como la enoxaparina, la dexametasona y la aspirina están aprobados desde hace muchos años». sostuvo Héctor Carvallo en diálogo con Super Campo. Y agregó: «En todos los casos, la ivermectina se suministra una vez por semana, mientras los otros fármacos se dan diariamente. La idea con la ivermectina no es eliminar totalmente el virus, con el objetivo de que se generen anticuerpos, a la manera de una vacuna producida por el propio cuerpo».
Con respecto a la duración del tratamiento, Carvallo dijo que «calculamos que durará 30 días en promedio. El costo de este tratamiento se estima en 15 dólares por día».
Según el científico de la UBA, «en un estudio hecho en Estados Unidos de acuerdo con la recopilación de información de 702 personas tratadas con ivermectina a nivel mundial, comparadas con otros pacientes perfectamente comparables, se determinó que solo la tercera parte de los tratados con ivermectina tuvo necesidad de respirador y la mortalidad se redujo de ocho a uno. Eso es muy significativo».
El segundo protocolo también está a cargo de Héctor Carvallo, junto a Roberto Hirsch, Patricio Ghirardi por la Facultad de Veterinaria de la UBA; Marcelo Naccuccio, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA y la farmacéutica María Luz Cassará, de la Fundación Cassará, que provee la medicación.
En este protocolo, destinado al personal del hospital sano, se administra un spray nasal y unas gotas orales para proteger la nariz y la boca. «El objetivo es proteger porque si se infecta un agente de salud de guardia –ocupe el puesto que ocupe- tiene que ir a cuarentena todo el personal de la guardia, incluso la gente de limpieza», comentó el científico.
El spray nasal tiene carragenina, un producto derivado de algas rojas que actúa como emulsionante, muy utilizado en farmaceútico y cosmética.
“Se ha demostrado que la carragenina tiene efecto viricida, por ello está presente en la leche larga vida como conservante natural. Tanto la ivermectina como la carragenina tienen gran concentración en las glándulas salivales, generando una antisepsia en las gotas de la saliva. Por lo tanto el paciente sano podría estar bastante protegido y el asintomático dejaría de ser infectante», afirmó Carvallo.
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