Un colectivo de 15 personas privadas de su libertad, que residen en la Unidad N° 57 del Servicio Penitenciario de Campana, trabajan pacientemente en el armado de una huerta agroecológica junto a diversas instituciones en el marco del Programa Prohuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación/INTA).
Allí agentes de INTA pertenecientes a la Estación Experimental Agropecuaria AMBA y a la Estación Experimental Agropecuaria Delta del Paraná, junto con los aportes de los profesionales del programa Recrear Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, agentes del Ministerio de Justicia de la Nación y la Subsecretaría de Agricultura Familiar (SAF), realizan un fuerte trabajo de articulación para lograr una buena cosecha.
Los jóvenes adultos participantes de esta actividad son varones entre 18 y 21 años. Ellos llevan adelante un espacio dentro de la unidad penitenciaria donde iniciaron una huerta de producción agroecológica de 1.500 metros cuadrados aproximadamente. Allí comenzaron a sembrar hortalizas y aromáticas de estación junto con los técnicos que acompañan el proyecto.
Así para que el espacio de huerta funcione correctamente, el equipo técnico a cargo del proyecto trabajan junto con el personal del Servicio Penitenciario Bonaerense la diagramación de turnos diarios con los internos para llevar adelante las tareas de cuidado de la huerta: riego, desmalezar, preparación de los canteros, armado de almácigos, siembra, trasplante de plantines, abonero, entre otros.
Dentro de los objetivos que persigue el proyecto de huerta en la unidad penitenciaria se encuentran: promover espacios de aprendizaje para la inclusión social vinculados con la producción sustentable de alimentos agroecológicos y la visualización de los beneficios de la alimentación saludable; potenciar herramientas comunicacionales y de aprendizaje que contribuyan a concebir prácticas solidarias, trabajo en equipo y construcción de vínculos positivos para la reinserción/inclusión social entre los internos; y fortalecer los lazos interinstitucionales e interdisciplinarios para el abordaje de la problemática social del encierro.
“Con esta actividad queremos contribuir en garantizar la seguridad alimentaria de la población carcelaria, como también en la construcción conjunta de espacios de reflexión y contención que posibiliten el intercambio, el acceso a la palabra y la producción compartida”, comentaron los técnicos de INTA.
El equipo de la Facultad de Ciencias Sociales intervendrá en distintos momentos del proyecto, organizarán encuentros para conocer la situación inicial de los participantes y realizar una primera caracterización que luego será contrastada con las percepciones al finalizar el proyecto. De este modo, se realizará un diagnóstico con los internos (mediante entrevistas y conversaciones) para tener conocimientos y la vinculación que tienen con esta actividad productiva con esto se pretende evaluar el impacto de la actividades realizadas en todo el proyecto.
Todas las acciones de trabajo que se realizan en el marco del proyecto se establecieron desde una mesa interinstitucional integrada por todas instituciones que participan del proyecto.
Fuente: Gabriela García y Federico Guerra – EEA Delta y EEA AMBA del INTA
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