RECICLADA. Las mochilas, carteras y bolsas plásticas se fabrican en talleres sociales.

En los últimos 4 años, la elaboración de silobolsas pasó de 200.000 a 450.000 unidades al año, el 80% destinado al mercado extranjero. Una silobolsa tiene un promedio de 445 metros cuadrados y un peso de 118 kilos. Para elaborar un producto nuevo se necesitan 0,55 metros de materia prima y cada mes, en Argentina se tiran 10 mil toneladas de silobolsas.

En proyección, con 106.000 toneladas de silobolsas a reciclar por año se pueden producir 500 millones de productos reciclados y reutilizables por año. A partir de esta nueva materia prima que de otra manera hubiera sido descartada, las Silobags son distintos modelos de mochilas, carteras y bolsas elaboradas 100% con material reciclado y un valor agregado en su diseño. En alianza con sus proveedores, Leaf Social, la firma que fabrica este producto, concientiza sobre el reciclado y el cuidado del material.

Además, al elaborar productos 3 veces más resistentes, provocan que los consumidores dilaten la adquisición de nuevos productos, ahorrando no solo dinero sino evitando la contaminación por producción.

“Más de 8 millones de toneladas de plástico terminan cada año en el mar. Por otro lado, la industria de la moda es la segunda más contaminante después de la del petróleo, con el que se hace el plástico. Por eso es tan importante buscar una solución para que esos desechos se conviertan en nuevos productos. Nuestras Silobags cumplen con un ciclo de calidad y un compromiso social integral: nuestros productos se hacen con cada etapa cuidada y controlada para agregar valor y generar impacto positivo”, explica Santo Parsons, creador del producto y la empresa Leaf Social.

“Somos la primera y única marca que trabaja este material y brinda una respuesta real y eficaz a la principal causa del residuo de la agroindustria”, destaca Parsons. En la elaboración de las Silobags, el objetivo es capitalizar los residuos como materia prima, transformarlos sin alterar sus propiedades químicas para elaborar bolsas de mercado realmente recicladas (ya que se harían 100% con recuperado de silobolsa) y reutilizables, presentándolas a un mismo
costo que las del mercado.

“Logramos una estructura de talleres sociales, a los que capacitamos y con quienes fabricamos nuestros productos, extendiendo así el impacto ambiental a lo social. Tan solo con el plástico utilizado mensualmente en promedio para el almacenamiento de granos en Argentina podríamos hacer 2 millones de bolsas recicladas”, subraya el empresario.