Los productores de girasol proponen incrementar hasta un 50% el área de siembra de este cultivo oleaginoso para el próximo ciclo, cuando aún falta un mes para concluir con la recolección de los granos de la campaña 2015/16, debido a la rentabilidad por la baja de retenciones y el buen nivel de precios internacionales.
Así lo expresó Luis Arias, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), quien ponderó el valor de «entre u$s270 y u$s280 que recibe la tonelada de girasol en el puerto» y advirtió sobre la necesidad de «trabajar» sobre las trabas fitosanitarias que rigen en la Unión Europea y la aplicación de buenas prácticas de uso de insecticidas por parte del productor.
«Con una cosecha de 1,25 millón de toneladas, vemos que hay una expectativa de crecimiento del 50% para la próxima campaña girasolera. El único limitante será la producción de semillas, ya que no estábamos preparados para un escenario sin retenciones ni trabas comerciales», explicó Arias.
Cuando la Argentina debe esperar hasta comienzos de abril para obtener cerca de 1,25 millón de toneladas de girasol, cifra que se consolida como la menor producción de los últimos 15 años, Arias explicó que lejos estamos de alcanzar los 4 millones de hectáreas sembradas obtenidas en el 2015, aunque explicó que en el próximo ciclo «se podría llegar a sembrar hasta 2 millones de hectáreas».
Esto estaría avalado principalmente por el escenario libre de retenciones y de controles comerciales, los cuales fueron eliminados a comienzos de enero pasado por decisión del presidente Mauricio Macri, y también por un buen nivel de precios que recibe el aceite de girasol en el orden mundial.
Pese a que aún no hay números de rendimiento en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, los lotes ya recogidos a fines de año en el Chaco y norte de Santa fe ofrecieron rindes de 1.950 kilos por hectárea, lo que revitalizó el interés futuro de los productores de estas zonas.
Actualmente, la trilla girasolera avanza en La Pampa y el oeste bonaerense, con buenos rindes para estas regiones, aunque se constata en un menor tamaño de los granos producto de la incidencia que tuvo el período de lluvias continuas sobre estos campos.
El interés mayor del sector girasolero está puesto en la posibilidad de lograr la apertura del mercado europeo al aceite de girasol argentino, algo que actualmente está trabajo por la normativa sanitaria que impone la Comunidad Europea ante el uso de insecticidas no aprobados por los países del bloque.
«Hoy no estamos preparados para cumplir con los requisitos de tolerancia de residuos en los insecticidas» empleados en la Argentina, reconoció Arias, al tiempo que refirió que esta cuestión será un tema sobre el cual se debe trabajar «la conservación del grano y las buenas prácticas» de uso de insecticidas en el ámbito doméstico.
FUENTE: DyN
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