La Bolsa de Comercio de Rosario expresó ayer su «profunda preocupación» por «el crítico estado de la producción agropecuaria y de toda su cadena de valor» en el noroeste y noreste argentino y «en otras regiones del interior», y afirmó que «es tiempo de revisiones y cambios de normativas diseñadas para épocas de bonanza».
La entidad sostuvo que, entre otros factores, se llegó a esta situación por un esquema impositivo «inadecuado» y por «la falta de diálogo y de comprensión» de las autoridades sobre «las realidades que viene enfrentado el sector agropecuario en los últimos años».
En este contexto, la BCR alertó que «el negocio agrario no funciona, quiebran empresas», y reclamó «medidas urgentes» para revertir el panorama.
«La situación es grave y la sensación imperante de que muchas explotaciones ya han dejado de ser practicables extiende la incertidumbre sobre el futuro de zonas del país cuya economía y sociedad se sustentan en la agricultura y en la ganadería», diagnosticó.
Según su análisis, este estado es «resultado de una suma de causas concurrentes: factores climáticos adversos, comportamiento declinante de los precios internacionales de las materias primas, costos de producción y traslado en permanente alza, un esquema impositivo evidentemente inadecuado, regulaciones comerciales inflexibles e incongruentes, y, por sobre todo, falta de diálogo y de comprensión por parte de las autoridades sobre las vicisitudes y realidades que viene enfrentado el sector agropecuario en los últimos años».
La BCR advirtió que «el negocio agrario no funciona, quiebran empresas, se abandonan explotaciones, aumenta el desempleo rural, crece la migración a las ciudades y se resiente todo el entramado social», y remarcó que «se ha hecho patente una grieta entre las necesidades de los productores y la percepción de los poderes públicos».
«Todavía, quizás, se podrían intentar acciones para morigerar la crisis o, al menos, para evitar su profundización. Pero para ello se requieren medidas urgentes, demostrando una capacidad de reacción hasta ahora ausente, dejando de lado aprensiones y suspicacias, aceptando sacrificios fiscales en pos de una recuperación. Es tiempo de revisiones y cambios de normativas diseñadas para épocas de bonanza», evaluó.
Por último, la entidad expresó que se pone «a disposición de las autoridades para brindar su modesta colaboración».
La opinión de los corredores
El Centro de Corredores de Cereales de Rosario se sumó a los reclamos de la Bolsa de Comercio de esa ciudad, al señalar ayer que la comercialización granaria, y especialmente en el caso del maíz, atraviesa «una situación de extrema gravedad» por la falta de precio para commodities, y consideró que «si no se revierte, repercutirá en la futura siembra de forma alarmante».
Desde la entidad se pidió la liberación del saldo exportable sin restricciones ni cuotas, reportando competitividad al mercado, debido a que bajo las actuales condiciones comerciales se le «niega» al productor la posibilidad de contar con un mejor precio para su cosecha.
Por ello, el Centro de Corredores de Cereales rosarino solicitó al Ministerio de Economía «liberar el saldo exportable» con el objeto de «dinamizar la comercialización del maíz que se encuentra injustamente obstaculizada».
Según trascendió, las autoridades económicas evalúan la posibilidad de adoptar en breve la apertura de un saldo exportable que rondaría los 7 millones de toneladas de maíz de la campaña 2014/15, cuando hasta el momento ya se han autorizado la venta al exterior de 4,5 millones.
Así, el reclamo realizado por el Centro de Corredores rosarino no resulta novedoso, ya que en otras oportunidades la entidad expresó su pedido al Ministerio de Economía para derogar la Resolución 543, que regula la venta al exterior a través de los ROE.
La entidad considera que su pedido apunta a gestar una «sana competencia entre oferta y demanda en pos de un precio justo» y consignó que para el caso del maíz «no hay precio sin mercado, y no habrá producción sin precio».
Según el Centro de Corredores de Cereales de Rosario, el valor que ofrece la tonelada de maíz colocada en el puerto de Rosario ronda un «precio de quebrando» de $870; un valor que para el productor se vería seriamente afectado por la incidencia que tiene el costo del flete.
En ese sentido, se indicó que para un trayecto de 1000 kilómetros el valor ronda los $593,31 por cada tonelada, mientras que para un tránsito de 500 kilómetros, dicho costo asciende a $432.
De acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura, la producción de maíz en esta campaña fue de 31 millones de toneladas, a las cuales se le debe sumar un stock inicial de 4,3 millones, lo que da una oferta total de 35,3 millones.
Es por ello que la entidad rosarina indicó que si se reserva un stock final de 3 millones de toneladas, con un consumo interno de casi 14 millones según datos oficiales, quedarían unos 18,5 millones para exportar, «por lo que podrían abrirse de una vez, y sin poner en riesgo el abastecimiento interno, 7 millones de toneladas».
FUENTE: DyN
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