De cara a la próxima campaña de soja, los productores que hoy están preocupados por los vaivenes del precio internacional de la oleaginosa, también deben poner un ojo en las plagas, en especial en el llamado «picudo de la soja» que fue objeto de un reciente estudio en Tucumán.

Según un informe de la Estación Experiemntal Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán, esta plaga fue detectada el año pasado en 53 localidades de las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, alcanzando un área de 737.280 hectáreas que supone el 65% de la superficie cultivada con soja en la región del NOA.

El informe fue realizado por la Sección Zoología Agrícola, integrada por los investigadores Lucas Cazado, Augusto Casmuz, Franco Scalora, Gabriela Murúa, Guillermina Socías, Gerardo Gastaminza y Eduardo Willink. Y ha empezado a circular en varias entidades del agro, que lo hacen llegar a los productores.

Según el reporte, la plaga puede dispersarse de manera natural (con el vuelo del adulto) o a través del movimiento de maquinarias agrícolas y el transporte de granos.

El picudo es una especie que fue descripta por Fiedler (1937) en el Estado de Goiás, Brasil, y en la Argentina fue detectado por primera vez en 2006.

Este insecto puede ser encontrado en plantas hospederas, como las malezas, donde cumplen parte de su ciclo de cultivo. Durante la primavera, antes de la siembra de los cultivos hospederos, se observan adultos alimentándose de algunas malezas que comúnmente se encuentran en los lotes de la región del NOA.

Nota aparecida en Diario PERFIL del sábado 3 de enero. Lea el artículo completo en el último número de SuperCAMPO, enero de 2015. Para suscribirse, haga click acá.

05 de enero de 2014